15

19 1 0
                                    

—Nos habías preocupado —apuntó Melissa en el desayuno de esa mañana.

—Perdón. No fue voluntario —me disculpé mientras tomaba un pedazo de los hot cakes que Melissa me había servido sobre la mesa.

—¿Te imaginas lo que habría sucedido si Sam y su manada hubieran estado rondando por ahí? —inquirió Melissa dejando translucir su preocupación.

—Bueno, afortunadamente no estaba ahí —interrumpió Franco tras acabarse otro hot cake. El hombre lobo ya se había comido cinco—. Y también afortunadamente se fue a meter con alguien que podría haberlo protegido en caso de peligro.

Vaya, aquellas palabras me hicieron recordar el sueño que había tenido antes de despertar junto a Alfa: Sam persiguiéndome, alguien más protegiéndome... Comencé a preguntarme seriamente si en mi sueño realmente me había topado con Marco como lo había supuesto al dormir o desde el principio supe que me encontraba con otra persona.

—¿En qué piensas? —me preguntó Melissa repentinamente interesada.

—Nada —contesté apurando el desayuno.

No podía confesarles lo que pasaba por mi mente a mis amigos. Sí, seguramente Melissa me entendería, pero de cualquier manera ellos esperaban que me marchara pasando otros cinco días. Aquello sería como un amor de verano sobre los que algunos juglares cantaban, incluso si en realidad estábamos en pleno otoño.

Moon RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora