Capitulo 36. Vigor.

18 5 0
                                    

Al cabo de un rato me desperté y me di cuenta de que me encontraba sola en la habitación.
Me senté rápidamente en la cama bastante confundida mientras observaba al rededor intentando encontrarlo.
Revisé el reloj de nuevo y eran las 10 con 4 minutos.

Comencé a preocuparme un poco ya que no tenía ni idea en qué momento me había quedado sola. Se suponía que debíamos irnos a las 10 en punto, así que tomé el control y apagué el televisor que aún permanecía encendido para intentar pensar en silencio.

Me levanté de la cama y prendí la luz, ya que solo se encontraba encendida una pequeña lamparita en la esquina de la habitación.

No soy una persona que tenga miedo de estar sola, pero extrañamente comencé a inquietarme, y justo en ese momento, escuché la puerta del baño sonar.

Sentí un gran alivio al verlo salir de ahí, así que, sin pensarlo 2 veces, solté un profundo suspiro y corrí a abrazarlo.

No sé por qué hice eso ya que tampoco llegué a imaginar que sería capaz de irse y dejarme en la recámara, pero creo que fue una reacción inconsciente de despertar y encontrarme sola en un lugar extraño.

Jimin no dijo nada en ese instante, pero pude notarlo algo sorprendido, ya que tampoco imaginó que yo reaccionaría de esa forma, sin embargo, me abrazó de vuelta mientras colocaba una de sus manos detrás de mi cabeza.

-¿Estás bien? - preguntó curioso.

-Oh, sí... estoy bien. -respondí mientras lo soltaba, con un poco de vergüenza. -¿en qué momento te levantaste? es que no me di cuenta. -le pregunté rápidamente.

-Apenas hace unos minutos, es que quería entrar al baño, pero me di cuenta de que te quedaste dormida, así que me moví con mucho cuidado para no despertarte.-respondió mientras acomodaba mi cabello detrás de la oreja.

-Ah... con razón. - me limité a responder, bastante conmovida.

-¿Creíste que me había ido?

-No, no es eso... bueno... no lo sé. -contesté, porque verdaderamente ni yo tenía idea.

-Descuida, sabes que jamás te dejaría sola. -me dijo sonriendo para hacerme sentir segura. -Porque ya no podrás liberarte de mí. -agregó a manera de broma para hacerme reír.

No podía evitar enamorarme aún más cada vez que él intentaba validar mis emociones. Se siente tan mágico que te hagan saber que está bien sentirse de cierta forma, y que no hay sentimientos que merezcan ser reprimidos.

-Además, recibí una llamada hace unos minutos; hubo un repentino cambio de planes para el día de mañana ya que nos invitaron a participar en un programa de entrevistas que será transmitido en vivo. -respondió un poco disgustado. -Así que no estaremos en la empresa y no sé si tendré tiempo de verte mañana. Pero el lado bueno es que tú sí podrás verme desde la televisión, así no me extrañarás demasiado. - me dijo sarcásticamente.

-Oh, esta bien, no te preocupes. Aunque no estoy segura si podré verla ya que tengo muchas cosas pendientes por hacer. -respondí fingiendo desinterés.

Hizo un pequeño puchero acompañado de una expresión de tristeza al escuchar mi respuesta. No pude evitar sonreír y querer abrazarlo de nuevo, ya que fue demasiado tierno.

-Estoy jugando, por supuesto que no me lo perdería. -le confesé por fin.

-Es que yo sí te voy a extrañar porque de seguro no podré verte, pero cuando termine el programa intentaré llamarte aunque sea 5 minutos, ¿okey? -dijo, con un tono muy dulce.

-Esta bien, no te preocupes, no pasará nada si nos separamos por un día. -contesté. -Por cierto, ya pasan de las 10, así que regresemos antes de que tu guardaespaldas nos regañe. -le dije mientras lo guiaba a la puerta tomada de su mano.

-Espera, debemos cambiarnos antes de eso. -me dijo, para que no olvidara ponerme el disfraz.

-Oh, es cierto. -contesté y procedí a buscar la gabardina, pero él la tomó primero y me ayudó a ponérmela como todo un caballero, así que solo le di las gracias.

-Que curioso que en lugar de quitártela te la esté poniendo. - comentó con sarcasmo.

-Descuida, dejaré que lo hagas la próxima vez. -respondí tontamente, ya que no había entendido a lo que se refería hasta que miré la sospechosa expresión de su rostro y me di cuenta de que no era un comentario sencillo, sino uno bastante audaz con otro tipo de intenciones.

Me quedé en blanco por un momento, ya que no podía creer que sin querer le había seguido el cuento.

-Espera, no, no me refería a eso... quiero decir... -pero de pronto me interrumpió diciendo:

-Ya dijiste, no puedes retractarte ahora. -mientras se reía sorprendido por mi respuesta.

-No, espera, pensé que lo decías como un gesto cortés, ya sabes...

-Bueno... sí lo dije como un gesto cortés, ¿o qué es lo que estabas pensando? -respondió, fingiendo inocencia.

Y, en ese momento, con una expresión osada y su mirada cautivante, comenzó a caminar muy de cerca en dirección hacia mí.
No pude evitar dar unos pasos atrás hasta el momento en que choqué con la pared.
Estiró uno de sus brazos hacia ella, dejándome atrapada en el medio, y entonces dijo -Podría hacerlo ahora mismo sí quieres.

Comencé a sentir como mi corazón rápidamente se aceleraba y la velocidad con la que la rojez invadía todo mi rostro. Estaba siendo demasiado atrevido y yo no sabía como debía manejar eso.

-Jimin ya basta, no hay tiempo para hacer bromas. -respondí intentando ser seria y controlar todo lo que estaba sintiendo.

Entonces simplemente me abrazó y comenzó a reírse. -No es cierto, no tienes porque asustarte, sabes que jamás haría nada que tú no quisieras, solo me gusta ponerte nerviosa.

-No es gracioso, ¿sabes? -respondí. -Esto no se va a quedar así- agregué como sentencia por haber jugado conmigo.

-No creo que te atrevas a hacerme lo mismo, aunque me encantaría verte intentarlo. -respondió muy seguro, como si yo no tuviera el valor de intentar seducirlo.

-Dejemos de bromear y salgamos antes de que tu guardaespaldas decida abandonarnos por hacerlo manejar tan de noche. - le dije mientras me escapaba de su poder.

-Por mi no habría ningún problema...

-¡Jimin!

-Esta bien, es broma, es broma. -me dijo mientras corría detrás de mí en dirección a la puerta, por lo tanto, una vez que dejamos la habitación, nos fuimos en camino de vuelta a casa.

Si tú esperas por mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora