Después del incidente de ayer, decidí ser lo más desapercibida posible, no quería pasar otro incidente con Mason, mi ansiedad no lo soportaría. Por lo tanto, en cuanto pude ponerme de pie después de haber esperado un tiempo prudente para que se fuera de ahí, había apagado la música y cerré mi ventana, al igual que las cortinas, esperando a que eso fuera suficiente para hacerme sentir mejor. Por supuesto que no me ayudó mucho ni pude olvidarlo, lo que me afectó por completo el sueño y me dejó con insomnio toda la noche. Eso sin mencionar que no pude dejar de pensar en lo que pensaría de mí si llega a verme en los pasillos de la escuela. ¿Me vería como un bicho raro o se burlaría de mí? No lo creo, es demasiado bueno y educado para hacer algo así, aunque no está demás ser precavida, por lo que tendré que evitarlo a toda costa.
En cuanto desperté no perdí ni un solo segundo de mi tiempo, fui directamente a la ducha, me cambié de ropa y bajé a desayunar. Mi madre ya se había ido a trabajar, lo único que me dejó fue un omelette de queso y una notita, deseándome un buen inicio de clases.
Admito que estoy un poco nerviosa por dar inicio a mi ultimo año de preparatoria. No me sentía preparada para decir adiós a todo lo que conozco, para dejar a un lado mi zona de confort y empezar la vida adulta en un lugar diferente llamado universidad con personas diferentes. Soy consciente de que todo tiene un inicio y un fin, pero jamás pensé que llegaría a tener este sentimiento de nostalgia. Lucas, Travis y yo habíamos pactado en ir a la misma universidad, era nuestro mayor sueño desde los quince y hemos hecho todo lo posible por ser unos estudiantes ejemplares con créditos extras para que nuestras solicitudes fueran más llamativas para los directores de las universidades. Confieso que ese es otro de mis mayores miedos, el no poder cumplir con las expectativas de mis examinadores y no ser aceptada en ninguna de las opciones que mis amigos y yo tenemos para nuestra universidad. Por desgracia, lo único que puedo hacer es seguir cumplido con mis buenas notas, hacer una excelente carta de admisión y tener una actitud positiva.
No pude seguir pensando en mi futuro, ya que el sonido prolongado de un claxon me trajo de vuelta a la realidad. Sin duda eran Travis y Lucas. Rápidamente lavé mis trastes y le di de comer a Morris antes de dirigirme al recibidor y ponerme mi suéter gris con capucha que de encontraba colgado en el perchero, seguido de mi mochila morada. Al salir de la casa, un Honda Civic color gris oxford esperaba por mí delante de mi casa, por lo que me apresuré a subir del lado del copiloto.
- ¿Cómo amaneció la reina de nuestros corazones?- dijo Lucas desde el asiento trasero.
- Deja de llamarme así, sabes que lo odio.
- Si lo hago no significa que dejaras de serlo.
Me giró sobre mi asiento y lo miro desafiante.
- Eres un pesado- digo sacando la punta de mi lengua.
- Y tú una ternura cuando te enojas- replica con un tono mimado.
Con esas últimas palabras, volví a dirigir mi mirada al frente.
- Entonces... ¿Están listos chicos?- Lucas se recorrió al asiento central y acercó su cuerpo a nosotros.
- ¿Listos para qué?- subo mis gafas por el puente de mi nariz.
Travis y yo nos dedicamos una mirada rápida y llena de duda, ambos nos encogimos de hombros sin entender lo que Lucas quería decirnos.
- Oh, por favor, es nuestro último año- dijo entusiasmado. -Se supone que es nuestra última oportunidad para hacer cosas que jamás creíamos posibles.
- ¿Como volar?- comentó sarcásticamente Travis.
No pude evitar reír ante lo que dijo y al ver la mirada fulminante de Lucas.
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Un día para recordar (1)
Teen FictionLos amores platónicos van y vienen, a veces te gusta una persona y al día siguiente otra, pero eso no importa porque tienes la certeza de que nunca lo vas a conocer, al menos no realmente. Claro que ese no es mi caso. Mis sueños, mis suspiros y mis...