Mason condujo por un camino desconocido, durante los siguientes diez minutos después de haber salido de la escuela. Fue un poco difícil escabullirnos discretamente de toda la multitud sin dar explicaciones, sobre todo sin decirle ni una palabra a su familia ni a mis amigos. No queríamos que media escuela hablara sobre lo que estaba pasando entre nosotros y se generaran chismes al siguiente día, ya con lo que pasó esta noche tuvimos suficiente y sé que será imposible que las personas no hablen de mí en lo que resta del año.
No sé cuánto tiempo más faltaba para llegar al lugar, pero Mason decidió encender la radio y subir el volumen a la primera canción que se reprodujo de manera aleatoria. Fue entonces que Perfect de One Direction sonó a través de las bocinas y confieso que esa es una de mis canciones favoritas, por lo que no pude contenerme en cantarla internamente, pero conforme iba escuchando la letra me di cuenta de lo que el mensaje transmitía. Esta canción queda perfecta para mi situación con Mason, él es quien no puede mostrarse conmigo en público ni ser lo que yo espero, pero tal parece que la única forma en la que podemos estar juntos es a escondidas y yo aún no estoy muy segura de querer algo así.
No pasó mucho tiempo cuando llegamos a una pequeña cafetería antigua y pronto nos adentramos en ella. El lugar tenía la viva imagen de los años ochenta, la barra y mesas eran de madera y las sillas de metal, tenían un largo pizarrón con el menú escritorio en tiza y una pequeña vitrina con postres exhibidos al lado de la barra. Todo era bastante pintoresco y discreto, se podía percibir una tranquilidad al estar aquí, sobre todo porque las personas que frecuentaban este lugar eran mayores, de hecho, Mason y yo éramos los únicos jóvenes y aparte de nosotros sólo estaba una pareja de viejitos sentados en una de las mesas al lado de la ventana y un señor con no más de cincuenta años que se encontraba sentado en la barra con un libro en mano y un café. No pude evitar pensar en la reacción de cualquiera de los amigos de Mason al estar en un lugar como este. Seguramente se burlarían o les daría alguna clase de repulsión por no estar en un lugar más acorde a su estatus social, esos que están llenos de música, alcohol y luces llamativas para bailar al ritmo de la música escandalosa. Estoy seguro que ninguno de ellos apreciaría algo tan simple como una cafetería antigua y bien conservada. Al menos es bueno saber que un chico como Mason frecuenta este tipo de lugares.
- ¿Quieres sentarte?- señala una mesa vacía con su mano.
Asentí con la cabeza y ambos fuimos directamente a sentarnos en las sillas que estaban una frente a la otra.
Mirando con atención la mesa, vi que había un pequeño radio tragamonedas, el cual tenía ocho canciones para escoger. Pude leer algunos de los títulos como Girls Just Want To Have Fun, La Isla Bonita, Just The Two Of Us y otros títulos que no conocía.
- ¿Mason?
Una señora mayor vestida de uniforme de camarera color rosa se acercó a nuestra mesa con una gran sonrisa.
- Hola, Elyse- dijo Mason con la misma alegría antes de levantarse y recibir a la mujer entre sus brazos.
- Mi muchacho, ha pasado mucho tiempo, ¿Cómo están tus padres?
- Bien, pero sin duda han estado mejor.
- Por favor, salúdalos de mi parte y diles que los echo de menos.
- Claro que sí.
Amos se quedaron mirando unos segundos, pero la atención de la mujer se desvió hacia mí. Al principio puso una expresión de sorpresa, pero poco a poco fue curvando la comisura de sus labios y me miró de arriba a bajo.
- ¿Quién es esta adorable señorita?- preguntó con voz cantarína.
- Elyse, quiero presentarte a Jo, Jo, ella es Elyse, una gran amiga de la familia.
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Un día para recordar (1)
Roman pour AdolescentsLos amores platónicos van y vienen, a veces te gusta una persona y al día siguiente otra, pero eso no importa porque tienes la certeza de que nunca lo vas a conocer, al menos no realmente. Claro que ese no es mi caso. Mis sueños, mis suspiros y mis...