Capítulo 12

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- A ver si lo entendí, el señor Darcy no está interesado en Jane Bennet, sino en Elizabeth Bennet aunque la odia- dijo Lucas lleno de confusión.

- No la odia, sólo está cegado por sus prejuicios- aclaro.

- Pero ella no siente lo mismo por él.

- Claro que sí, pero puede más su orgullo que sus sentimientos.

- Eso literalmente no tiene sentido.

Suelto un suspiro.

- Sabes, el libro se llama Orgullo y Prejuicio por algo- replico en tono frustrado.

- Sí, lo sé, es sólo que no entiendo porqué hacen tanto drama si se gustan.

Dios, no puede ser posible. Es tan difícil estudiar literatura con Lucas. Nunca había conocido a alguien tan testarudo e irritante como él cuando se trata de leer y entender los libros clásicos. Juro que a veces me hace querer saltar por una ventana y morir, terminando así con mi sufrimiento de tener que aguantarlo más tiempo del necesario. Llevamos más de dos horas estudiando en mi casa y desde que nos sentamos en la sala con nuestras libretas sobre las piernas y nuestros libros de Orgullo y Prejuicio sobre la mesa, no hemos hecho otra cosa más que debatir los temas machistas, clasistas y feministas de aquella época que la gran Jane Austen expone en su obra.

Travis y Lucas querían que los ayudara con sus deberes de literatura, ya que los pobres no podrían sostener un libro por voluntad propia ni aunque les pagaran, y como siempre, deciden utilizar a su amiga come libros para que les haga los apuntes. Confieso que no me molesta, después de todo, yo amo leer y este libro en específico es mi favorito, así que gustosa les puedo hacer los trabajos sin ninguna queja. El único problema es que ambos insisten en aprender y yo ya estoy harta de discutir con ellos sobre el comportamiento social de los años 1800, sobre todo con Lucas quien tiene una mente tan abierta y un comportamiento extremadamente liberal.

No me considero una experta en libros clásicos, pero sí sé que hay otros mucho más controversiales y doy gracias a Dios por no estudiarlos en clase, ya que mis amigos se pondrían más pesados de lo que están ahora. Además, así como en este tiempo lo que pega es el tema del chico malo y la niña buena o el típico enemigos a enamorados, en esos años de lo único que se podía escribir era sobre la diferencia de clases sociales, el matrimonio arreglado, las mujeres siendo dependientes de los hombres porque no las tomaban en serio, en fin, todas las situaciones que hoy en día vemos como una degradación y ofensa.

La literatura toca muchos temas importantes. Algunos son más delicados que otros, pero nadie puede hacer las reglas de lo que está bien o mal en un libro. Me refiero a que muy en el fondo de esas historias ficticias hay partes ocultas que cuentan experiencias o enseñanzas y nosotros no podemos juzgar a la persona que lo escribió porque después de todo, hay un trabajo muy duro de por medio. No por nada muchos libros se han convertido con el tiempo en clásicos o en libros de cajón para lectores, como Crepúsculo, Los Juegos del Hambre o Cincuenta Sombras de Grey. Todo es valido en La literatura, algunos escritores deciden alocarse y salirse del ya conocido patrón que muchos siguen para poder hacer algo inolvidable que tenga impacto en la sociedad. A veces eso puede ser algo positivo, pero casi siempre es algo negativo, ya que nosotros, seres humanos, y me incluyo, somos muy intolerantes con las cosas que nos son presentadas. Un claro ejemplo es el romance con niño malo, que últimamente es llamado relación tóxica. Estoy de acuerdo que muchas veces nos presentan situaciones tóxicas que no deberían ser romantizadas, pero al ser ficción creo que deberíamos tener la capacidad de separar la realidad de la fantasía. Es un tanto interesante para mí leer libros sobre el chico malo y la chica buena que al final superan todos los obstáculos y él se convierte en la mejor versión de si mismo por ella, y después llegar a la escuela y ver a varias chicas tener una relación similar con sus novios, pero con la diferencia que esos desgraciados las tratan con la punta del pie sin sentir ningún remordimiento. Las utilizan, juegan con ellas y las exhiben como trofeos porque los hace parecer geniales, y lo peor es que ellas saben muy en el fondo de su corazón que esos comportamientos son un claro llamado de bandera roja, pero desgraciadamente siguen creyendo que ellas los pueden hacer cambiar o que su amor es tan verdadero que superará esos malos tratos. Muchas veces la ficción nos da una falsa imagen de lo que deberíamos hacer con nuestra relación o con nuestra vida, pero yo creo que no es culpa de la persona que dejó volar su imaginación haciendo algo tan creativo como un libro, una serie o una película, sino de nosotros mismos que deseamos tanto tener algo parecido a los protagonistas de la historia, que ya ni siquiera sabemos dónde marcar la línea límite.

Un día para recordar (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora