Capítulo 28

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Han pasado varios días desde la noche de mi cumpleaños. Estábamos por salir de vacaciones y tenía varios planes que terminaban en múltiples citas con Mason, pero apenas hemos hablado desde aquella noche que pasamos en la playa. No entendía que estaba pasando, su actitud me ha dejado completamente confundida, pero esta mañana recibí una llamada de él, diciéndome que quería verme para hablar. No voy a negar que sentí una gran emoción y alivio cuando me pidió que quedáramos esta tarde. Faltaban dos días para el baile de invierno y Mason no me ha pedido aún que sea su pareja, pero estoy segura que esta tarde lo hará, es por eso que decidí llamar a mis mejores amigos para que me ayudaran a estar lista. Normalmente esta clase de cosas se hacen con chicas, pero la única amiga que tengo es Bianca y ha estado muy ocupada con la organización del baile, así que tuve que recurrir a mis chicos, aunque no todo estaba perdido, ya que Lucas es experto en moda y maquillaje. Supongo que ser gay tiene sus increíbles ventajas, no hay mejor ayuda que un chico con estilo y buen gusto. Por otro lado, Travis sólo está aquí como apoyo moral.

Mientras me terminaba de arreglar, les conté todo lo que había pasado con Mason el día de mi cumpleaños. Incluso les mostré el hermoso anillo que me regaló y llevo puesto en mi dedo medio izquierdo. Lucas soltó un chillido de emoción en cuando lo vio, pero Travis no se sintió tan sorprendido. No le tomé importancia y sólo escuché a la voz de mi consciencia, que en este caso es Lucas.

Estuve por lo que parecieron cien horas en manos de mi mejor amigo. No me permitió ver nada y mucho menos opinar sobre ello, pero al terminar, me llevo al espejo de cuerpo completo que se encontraba detrás de la puerta de mi habitación y al verme me fue imposible no sorprenderme. Mi cabello estaba lacio con unas ligeras hondas, mi rostro cubierto por un maquillaje más cargado de lo que yo normalmente lo llevo y Lucas insistió en que me pusiera una blusa blanca de manga larga con un overol de vestido color café claro.

Me sentía diferente, pero era un cambio que me sentaba bastante bien.

- Estás perfecta- dijo Lucas al lado de mí en el espejo. -Cuando Mason te vea se quedará boquiabierto.

- Muchas gracias Lucas, eres el mejor- me giro y me lanzo sobre él para darle un fuerte abrazo.

- Mi bebé se ha vuelto una mujer.

- Oh, cállate- me alejo y le doy un pequeño golpe en el brazo derecho.

- ¿Vamos a la sala?- preguntó. -Seguramente Travis está vuelto loco allá abajo.

- Sí, además ya casi es hora de irme- replico y ambos salimos de mi habitación para reunirnos con nuestro amigo.

Travis estaba caminando de un lado a otro en la entrada, pero al escucharnos bajar se detuvo y miró al frente. Me di cuenta de lo mucho que había abierto los ojos y que entreabrió la boca involuntariamente.

- Jo... Tú... Estás... - tartamudeó sin sentido.

- Límpiate, tienes baba aquí- dijo Lucas sarcásticamente, señalando la comisura izquierda de sus labios.

- ¿Me veo bien?

- Te ves guapísima- murmuró. -Quiero de decir que sí, te ves bien. Muy bien, de hecho.

- Pues gracias, ambos son muy amables.

De pronto, el timbre de mi teléfono nos interrumpió. Seguramente era Mason, lo más seguro es que ya haya llegado por mí, considerando que tenemos una cita y que no estaba esta mañana. No tardé nada en sacarlo del bolso y contestar a la llamada, pero en nombre que vi en pantalla no era de Mason.

- ¿Aló?- respondo confundida.

- ¡Jo! Gracias a Dios que contestaste- dijo Bianca con una gran emoción.

Un día para recordar (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora