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Shinichiro no estaba fuera de sí, sabía lo que hacía, hacia donde iba y lo que quiera hacer.
Solamente que su obsesión y "amor" por ti lo estaban llevando a cometer locuras con tal de que nadie te separara de su lado.
Baji estaba estudiando para veterinario, su mama le estaba ayudando a pagar la carrera mientras este estudiaba y a la vez también trabajaba.
La mayor normalmente siempre trabajaba horas extras en su trabajo para lograr pagar la carrera de su hijo, y siempre llegaba tarde a casa, Shinichiro sabia eso e iba a tomar ventaja de eso.
Toca la puerta de la casa de Baji, al ser un sábado eso significaba que no había ido a clases y que lo as seguro es que estuviera en casa, mientras que la madre estuviera trabajando y su ultimo día de descanso son los domingos.
Baji, pensaba que era su madre la que había vuelto a casa, una sonrisa se formó en los labios del chico al pensar que podía pasar una tarde con su madre.
— Ma, llegaste temprano — dice Baji abriendo la 'puerta
— No soy tu madre Baji...
Baji hace una mueca de desilusión, realmente quería ver a su madre.
— ¿Se encuentra aquí _____? — pregunta mientras miraba hacia adentro de la casa.
El menor no entendía en absoluto nada, pensaba que estabas en tu casa como era de costumbre, pero al perecer no, o en realidad sí.
Lo único que buscaba Shinichiro era una excusa para entrar a la casa de Baji y ahí mismo matarlo.
— ¿No está contigo? Se supone que estaría en su casa — Shinichiro se encoge en hombros ante las palabras de Baji, este lo toma del cuello de la playeras y lo mete a la casa para regañarle y gritarle más a gusto — ¡Se supone que ustedes la están cuidando!
— Se fue enojada de casa, supuse que estaría aquí...
— ¿Qué diablos le hicieron?
Bajo estaba empezando a enojarse ya alterarse, su amiga de toda la vida había desparecido ante sus ojos y según él, sus niñeros no sabían nada al respecto.
— ¿Qué diablos hicieron para que se fuera de casa? — cuestiona enojado Baji
Shinichiro no respondió, Baji con el pie azota la puerta para cerrarla y luego con la mano derecha a puño cerrado golpea justo en la mejilla de Shini.
— Solo, le dije que morirías...
Shinichiro le devuelve el golpe en la nariz al menos, este de inmediato lo soltó para después llevar sus manos a su nariz sintiendo como un líquido rojo bajaba por este.
— Que lastima que no pudiste despedirte de tu madre...
Shinichiro saca de su mochila un pañuelo húmedo, se acercó a Baji y lo tomo por el cuello y le coloca el pañuelo en la boca, haciendo que inhale este y poco a poco terminara dormido.
— Ahora, ¿Qué haré contigo?
Shinichiro mantenía una sonrisa sádica en el rostro, busca por la casa algún trapo para colocárselo en la boca y evitar que grite, después de todo tiene vecinos.
Una vez lo encuentra abre la boca de este y le amarra el trapo así evitando que hable o salga algún sonido de su boca.
Seguido de eso con una soga que también venia en su mochila y amarro los pies del chico, el ya venía con una idea en la cabeza para lo que le quería hacer a Baji.
Se dirigió a la sala, viendo hacia el televisor y detrás de este como este estaba una pared limpia, sin cuadros, perfecto como para colgar a alguien.
Hace a un lado la televisión para luego buscar la altura perfecta y poner clavos en la pared, sabía que con un solo clavo no quedaría así que tuvo que tomar varios de concreto y rezar para que estos aguantaran a Baji.
Tomo cuatro clavos largos de concreto y con ayuda de un martillo empezó a clavarlos para colgar a Baji de estos, cada lado tenía cuatro clavos juntos.
Cuando termino tomo a Baji cual costal de papas para luego amarrarle sogas en las muñecas y empezar a colgarlo en la pared, como si lo estuvieran crucificando.
— ¿Qué dirá tu madre al ver así?
Una vez colgó a Baji se alejó para ver si los clavos lo aguantaban y efectivamente lo hacían, sonrió este y empezó a golpear en el abdomen a Baji para hacer que despertara.
Baji despertó de golpe tosiendo ahogadamente debido a los golpes que le daba Shinichiro, sentía como el cuerpo le dolía y las muñecas de igual manera, cuando su vista se aclaro pudo ver en la condición en la que estaba.
— Yo que tú no me muevo, puedes salir aún más lastimado
Baji bajo la mirada encontrándose con una red de púas debajo de él, Shinichiro había tomado medidas drásticas, quería gritar pero la tela que tapaba su boca se lo impedía.
— Veamos cuanto aguantas... — dice sádicamente el mayor — Espero y con esto te alejes de mi princesa
Shinichiro se pone unos guantes de látex y toma un cuchillo para luego empezarlo a clavar en el cuerpo de Baji, haciendo cortes precisos y profundos sobre su piel creando hilos de sangre en este.
Estaba perdiendo una gran cantidad de sangre, la red de púas que estaba debajo de el empezaba a teñirse con la sangre de este, y Baji poco a poco empezaba a perder las fuerzas en su cuerpos.
Por la cabeza de Baji pasaba muchas cosas, entre ellas tú y su madre, no tuvo el tiempo suficiente para decirles cuanto las quería, cuando quería a su mama por todo el apoyo que le había dado, todo el tiempo que invirtió en el para logar su sueño realidad, que ahora no podría cumplir.
y a ti por la gran y linda amistad que le habías brindado, cada sonrisa y lindos momentos que pasaron los dos juntos, siempre lo iba a recordar.
Y así fue como Baji dio su último suspiro, sin lamentarse nada nada, o tal vez solo de algo, no haberte dicho cuanto te amaba o no haberte al menos robado un beso.
— Hijo, estoy en casa — se escuchó la voz de la mayor, la mama de Keisuke.
Mientras tanto, tú en la casa ya había llegado la comida a domicilio, comiste tranquila sola viendo tus redes sociales, siempre esperando a que Shinichiro volviera.
Cuando volvieron a tocar la puerta, feliz fuiste a abrir pensando que era Shinichiro, cuando en realidad quien estaba del otro lado de la puerta era Wakasa
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