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Shinichiro estaba llegando a casa, toma las llaves de la casa que llevaba en el bolsillo y entra sin hacer ruido.
El aspecto del chico no era agradable y sin duda no quería que lo vieras en ese estado, así que, entra al baño quitandose la ropa manchada de sangre y se mete a la ducha.
La casa estaba en total silencio, no ruidos, solo se escuchaba el agua de la regadera caer.
Todo era total silencio, eso le daba a Shinichiro una paz increíble, sale de la ducha con una toalla en la cadera y se dirige a tu habitación.
Cuando no te ve camina sin prisa alguna a la habitación de tus padres, abrió la puertas encontrandote acostada en la cama totalmente dormida.
Se sienta en unas de las esquinas de la cama, viéndote, aparta uno de los mechones de tu cabello de tu rostro para luego delicadamente con su dedo tocar tus labios.
Se acerca hacia ti para luego depositar un beso en tu frente, sale de su habitación para empezar a revisar su teléfono.
Hasta que vio la lista de mensajes que tenía por parte de Wakasa, al cual de inmediato llamó.
Que diablos quieres Shinichiro, es la una y media de la mañana— dice un wakasa recién levantado
— Wakasa, dime como sabes que _____ estaba sola
Ohh eso, fui a la casa a verla, no la toque si eso es lo que piensas, solo fui a hablar— comenta con una sonrisa burlona
— Te dije que no te acercaras a ella, además no se si ella quiera verte
Tu no lo sabes—
— Tienes razón, pero estoy seguro que no te querrá ver cuando sepa lo de Yuna o sus padres — Ahora Shinichiro era el que quería molestar
Lo de Yuna me la suda, lo de sus padres es un tema aparte — comenta con enojo
— Cómo quiera, si nos termina odiando no me haré responsable de mis acciones
Yo tampoco —
Y así, terminó la llamada en una pequeña pelea.
Habían tantos secretos entre ellos que todos te los terminarían ocultando para que no te alejes de su lado.
Claro, y aunque te los terminarían contando no iban a permitir que te fueras de su lado.
Eres su princesa, se obsesionaron contigo que no soportarian la idea de verte con alguien más.
Mientras que Shinichiro iba a verte dormir solo para calmar aquellas ganas de encerrarte en una habitación sin ventanas donde no pudieras ver a nadie más que no fuera el.
Wakasa estaba recibiendo resultados de la prueba de paternidad del embarazo de Yuna.
El de mechas estaba seguro que la pobre chica estaba obsesionado con el, pero ahora el tenía una nueva obsesión que no la dejaría ir.
Aunque ya no te amara, aunque sólo te quería ver, no dejaría de estar a tu lado.
Abre el sobre leyendo todo, a detalle y con cuidado, cuando aquel papel del laboratorio que le entregaron salió negativo.
Wakasa no era padre del hijo que estaba esperando Yuna.
Un suspiro aliviado salió de sus labios junto a una sonrisa, estaba seguro que no era el padre de aquella criatura, no sentía lástima por Yuna, por que después de todo no la amaba y trato de aprovecharse de él, para que se alejara de ti, claro que no iba a sentir lástima.
Pero, la situación de Yuna le terminó dando una idea.
Y si... ¿Te dejaba embarazada para que no te alejes de ellos?
Una idea un tanto riesgosa y extrema, pero solo sería en una situación crítica para ellos.
Sin pensar más, va a casa de Yuna, estaba por reclamarle todo, llama a la puerta, la chica no esperaba a nadie pero al ver a Wakasa en la puerta una sonrisa de pinto en su rostro.
— ¡Daddy! — exclama Yuna abrazándolo
Este no hace nada y entra a la casa con la chica, todavía estaba consiente de lo que hacía y no le gritaria a una mujer embarazada en la puerta de su casa.
— ¿Está tu madre? — pregunta Wakasa
Un montón de idea pasan por la cabeza de Yuna pensando que tal vez y solo tal vez el están ahí para pedir la mano de ella.
— No, pero puedo decirle que venga — toma de inmediato su teléfono pero Wakasa se lo arrebata
— No es necesario, vengo a decirte que te alejes de mi, le pidas perdón a _____, y que dejes de involucrarme en tus estupideces
Suelta con asco y sin delicadeza alguna, le avienta a Yuna una copia de la prueba de paternidad, ella lo toma del suelo leyendo todo viendo como su plan de mantener a Wakasa a su lado se había ido por un agujero negro.
— Daddy, yo..
— No me dirijas la palabra nunca más, ni me busques, no quiero sabes nada de ti — Wakasa se da la media vuelta para irse sin decir nada más
Yuna se aferra a él con todas sus fuerzas suplicando que no la dejara o la abandonará.
Le gritaba e imploraba que no la dejara, hasta llegar al punto que amenazar a Wakasa.
— ¡Si me dejas así te voy a denunciar! — exclama Yuna llorando
— Okey
Yuna podía ver perfectamente que sus amenazas hacia el le valían, no le importaba para nada. Pero y si...
¿Se metía con alguien a quien amaba?
— Si me dejas, ¡mataré a esa perra de _____!
Yuna acaba de cavar su propia tumba.
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