Al pasar cinco años, la era del despertar los azota. Base que da por finalizado el tormento de Gamba, mujer de una deidad inexplicable por debajo de la tierra; ella quién es vencida por la temible catana roja, crea aún más controversias incluso desp...
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KAMPHRA
Un breve recuerdo invadió el pensar de Gemma, dónde una sonriente niña se aproximaba a ella extendiéndole dulces; su cuerpo se estremeció de manera brusca, haciéndola volver a su realidad. Se hallaba detrás de su casa, atendiendo el jardín que Sonne cuidó por todo este tiempo mientras dormía de manera involuntaria.
Puede que suene irónico, pero sintió que aquello fue demasiado real, tanto que su dedo brotaba sangre por la distracción que tuvo, la tijera que utilizaba para podar era demasiado filosa, y con ello logró hacer diminuta herida en su dedo anular.
—¿Te sientes bien?, ¿no quieres ir a descansar? —escuchó la repentina voz de Sonne cerca de ella. Gemma se negó al instante.
—Solo fue un descuido.
—¿Quieres atenderlo? —Gemma negó.
Sonne junto a ella no desistió en que debía descansar, y hasta que Gemma refunfuño que las cosas estaban bien, la rubia se quedó tranquila. La morena le miró con cierta modestia, y sin más la dama le miró.
—¿Qué pasa?
—Cuando estuve en coma, ¿me visitabas diario?
—Claro, lo normal, casi todos lo hacíamos.
—¿Qué tipo de contacto tuvimos? —Sonne se enderezó al escuchar la pregunta—. Ya sabes, puedes ver lo que desees.
Sonne sabe lo curiosa que se siente Gemma por saber si indago en sus pensamientos.
—No podía hacerlo —confesó—. Gemma, por primera vez, no vi nada que fuese problemático. Pero, afirmo que te encontrabas bien. Estabas en una especie de...
—Campo —interrumpió—, lleno de flores, acostada, observándolos. Todos estaban tan perturbados, y yo descansaba sin poder saber que sucedía.
—Gemma yo...
—Sé que querías hacerme despertar, y no estoy molesta por eso, ¿sabes por qué? —Ella negó—. Porque extraño a Aaron. Me siento culpable de que haya escapado, yo extraño todo de él, Sonne.
Gemma no podía confesar aquello con la sequedad que solía expresar sus sentimientos, ella estaba herida por lo acontecido y no suponía descansar hasta encontrar la forma en hacerlo volver, abrazarle y pedir perdón.
—¿Qué pintaba Hilary en todo esto?, ¿por qué ella se vio afectada en esta mierda? ¡Eran solo niños! —mencionaba la pelirroja.
Sonne por simple inercia, abrazó a la chica palmeando su espalda. Estos temas repentinos podrías ocasionar más daño de lo que parece, sin duda alguna, el único propósito por el cual había despertado era, para esto, volver a estar con quienes amaba de todo corazón. Sonne dibujo una pequeña sonrisa en su rostro.
