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El alba entorpeció el sueño de quienes dormían con serenidad sobre las sábanas marrones en la habitación de Gemma. Ella fue la primera en levantarse tras notar lo soleado del día, en otras ocasiones aludía que el clima se marcaba en un tono sombrío, pero hoy, era lo contrario. Despertó a Yaám con cuidado, este parecía estar muerto ya que no reaccionaba a nada, la dama inhaló con pereza tirando al joven de la cama quien al sentir el suelo en su cuerpo se quejó en un santiamén.

El olor a comida en la parte de afuera los alertó, de tal manera que se miraron con terror, Gemma estaba segura de que Gus se hallaba en casa. El desayuno lo preparo con brevedad, la ceremonia de Gényus estaba lista, podía sentirse la serenidad en las calles aun estando ella encerrada en su habitación.

En una breve orden ella le pidió a Yaám que se duchará antes de que Gus entrase a la habitación, y como un rayo que caía del cielo, ambos ya se encontraban semi listos para el día de hoy. La dama morena tuvo que alivianar sus pensamientos para cuando notaba como el agua de la regadera recorría el pecho desnudo de Yaám, no trabajaba en su físico como otros hombres, pero era notable el pequeño esfuerzo que mantenía por no quedarse atrás como los demás. Su cintura afirmada por la toalla que le buscó entre sus ropas viejas, su Tova viese como atiende a su hermano, Gemma podría morir.

Gemma por otro lado, buscó en su guarda ropa algo que devengará el día de hoy. No le hacía justicia ninguna de sus vestimentas ya que nunca en su vida se preparó para enterrar a uno de sus familiares. No obstante, divisó un vestido negro adornado con encajes transparentes desde el cuello hasta la punta de sus pies, la apertura en el lado derecho de su muslo se hizo notar. Tomó botines de tiro alto (en tono negro) para así dar por finalizado su vestimenta. No era amante de las joyas, sin embargo, ese día lucio el collar que su padre le regaló hace mucho tiempo.

La morena estiró sus brazos al estar frente al espejo, en ocasiones no reconoce para que lo ubicaba en su habitación, nunca fue alguien que amaba verse o que se presumía así misma frente al vidrio.

—Tranquila...—susurró Yaám desde una esquina alistándose para el momento—. Puedes tomarte el tiempo que necesites...

—No, así está bien, entre más rápido sea mejor...—anunció amoldando sus cabellos en dos chongos que se adornaban de peinetas brillantes.

Yaám le ayudó en su peinado, luego acomodó parte del vestido que no se encontraba bien estirado y así finalizó. Los encajes que adornaban el mismo eran pequeñas flores alrededor de las mangas transparentes. Yaám dejó un pequeño beso en su cabeza para así susurrar:

—Te espero afuera.

Al cerrar la puerta, divisó a Gus acomodando un par de platos en la mesa. Yaám trago grueso cuando sus miradas se encontraron.

—Saldrá dentro de poco...—comentó Yaám haciendo referencia a la mirada que le lanzó Gus luego de que saliera de la habitación—. Sobre lo de anoche...lamento mucho el haberme quedado sin permiso...

BÉLKASKA: LA ERA DEL DESPERTAR #3 ✔┆FINALIZADA┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora