𝑪𝒂𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒆𝒎𝒐𝒓𝒊𝒂𝒔

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Advertencias: Violencia típica del manga, spoilers del manga.

Somos, indudablemente, un milagro en todos los aspectos, pero nuestra facultad de recordar y olvidar me parece algo particularmente insondable

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Somos, indudablemente, un milagro en todos los aspectos, pero nuestra facultad de recordar y olvidar me parece algo particularmente insondable.
-Jane Austen, El parque de Mansfield.
~•~

Amarla fue atropos, no había duda.

Todo comenzó cuando la conoció, y escaló hasta que Jane ayudaba a Kōyō con las cuentas de una empresa fachada. Chuuya observaba con lujo de detalles su linda cara. Sus ojos somnolientos. De vez en cuando Jane le regresaba las miradas, sonreía y volvía al trabajo.

El momento para darse cuenta de su gran aprecio por ella fue aquel día. Él esperaba unos papeles de Dazai, recién había pasado el incidente con Verlaine, por lo que evitaba la presencia femenina a toda costa. Al distinguir su figura entrando a la oficina se asustó.

Jane dejó el sobre frente a Chuuya, este ni le habló, la menor soltó una risa nasal. “Osamu me pidió que te trajera esto, cuando lo veas, por favor dile que aun no he recibido sus reportes de las últimas bajas, me evita por eso”, giró sobre sus talones y desapareció.

El de ojos azules tomó los papeles, en la primera hoja el suicida dejó un mensaje “Haz un buen trabajo, perro” la última palabra fue tachada, y debajo estaba “Chuuya”, sobra decir que la letra no era de Dazai, era más delgada y fina. Era la letra de Jane. Chuuya acarició la tinta con cuidado, temeroso de hacer que se corriera.

Entonces entendió que tipo de persona era esa mocosa. Lloraba hasta dormir ciertos días de diciembre, al día siguiente aplicaba corrector en sus ojeras y caminaba orgullosa por los pasillos de la mafia.  Era vista como una reina solitaria, las personas clamaban que no tenía corazón.

Idiotas” pensaba Chuuya, agradecido que no pudieran verlo, porque en realidad es celoso. Ella le permitió entrar a su vida, y Chuuya le dio la suya.

Había momentos en los cuales no soportaba tenerla cerca sin besarla, porque era consciente de un patrón en las personas que estaban cerca de él. Morían, o lo traicionaban. Para cuando se declaró devoto, un día después Jane abandonó de forma temporal la mafia. Chuuya no quería perderla nuevamente, porque su vida era gris en mayor medida, y las noches eran frías sin su calor.

—¿Quieres helado?— preguntó Jane por segunda vez.

—No, gracias— sirvió la tercera copa de vino en la velada y la mujer que negó para clavar su cubierto en el cremoso helado sabor chocolate—. ¿No es tarde para eso?.

—¿No eres muy joven para ser alcohólico?— sonrió mientras se acomodaba en su sillón y cubría su cuerpo con una manta.

Touché— respondió arrastrando los pies aún cargando la botella para ponerla en la mesa de centro frente a ellos, enarcó las cejas divertido pasando su brazo por la nuca de la menor—. ¿Te da miedo?.

𝑺𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 [Cʜᴜᴜʏᴀ x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora