※Destinations without destination※ 【KuroYaku/KenHina】

。*✧Acéptame, por favor ✧*。

«Destinations without destination»

Parte 37

"Acéptame, por favor"

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Kenma no se sentía muy bien, desde la tarde anterior tenía dolores de estómago recurrentes, e incluso hoy le había vomitado a Yamamoto su desayuno al final de la práctica de esa mañana. Kuroo se burló por ello, por supuesto, pero lo llevó a la enfermería después, donde tras asegurarse de que todo estaba bien, volvió a burlarse de él.

Apoyándolo como el gran amigo que es.

Yaku estaba algo preocupado, Kenma no era la clase de persona que se enferma así de la nada aunque no conocía sus hábitos alimenticios, era la primera vez que lo veía así. Solo espera que se ponga bien, el entrenador hoy parecía querer dar un anuncio importante y se lo perdería; posiblemente se tratase de un nuevo partido de práctica con Fukurodani o algo similar, sin embargo, tenía un aura nostálgica poco común en él, tal vez esto solo era producto de su propia imaginación. O tal vez la dirección del viento ha comenzado a tornarse confuso para él. Solo esperaba que esa suave brisa no se convirtiera en una tormenta de nuevo. Morisuke debía de relajarse un poco si quería llegar a las nacionales ese año, últimamente su cabeza era un desastre, esa tarea de química que le esperaba en casa no ayudaba mucho.

—Yaku-san, yo también me siento mal —, Lev hace un puchero, mientras soba su estómago, un gesto que realmente no se merece un Oscar, en la humilde opinión de Morisuke.

—No tienes nada, Lev, no te llevaré cargando a la enfermería, ni vas a poder saltarte la práctica —, inquiere Yaku, cruzado de brazos, con una mirada rigurosa como acostumbraba.

El joven Haiba hace un puchero y mira con insistencia al mayor con aquellos ojos verdes cristalizados que harían dudar de un regaño a cualquiera, sin embargo a Yaku le ayudaba el desencanto de tener que mirar esa cara de perrito desde abajo. Era un juego de tira y afloja que algunas veces le cansaba. Si bien era algo protector con Lev, tampoco podía dejar que holgazaneara y dejara tantos huecos en su estilo de juego.

Aunque Lev mostraba grandes ansias por aprender, seguía siendo un chico demasiado inquieto y con una paciencia tentativamente nula. A menudo se quejaba de que quería mejorar más rápido, y descuidaba mucho las recepciones y saques. Cómo un buen superior, caía en él enseñarle, pero Yaku no tenía una paciencia infinita ni mucho menos.

Morisuke nunca se imaginó que ser un superior le acarreará tantos problemas. A todo esto, súmale el hecho de que su Kohai tenía sentimientos por él, que compartían un tipo de lazo místico y su otro lazo le había dicho que era mejor estar con su kohai (como si supiera mejor que él mismo lo que es bueno para él); era un resultado caótico para su cerebro; tampoco es que amara las matemáticas, después de todo.

El silbato del entrenador resuena como un llamado que conocen, los presentes dejan el calentamiento para ir a la banca. El profesor Nekomata tenía una sonrisa suave y nostálgica que parece no tener intención de esconder, hoy definitivamente había algo especial, tal como había intuido.

Él empieza con una breve introducción sobre los nuevos en el equipo, de cómo debían estar atentos si se necesitaba cubrir a un titular, haciendo hincapié en su potencial (refiriéndose claramente a Lev); el capitán del equipo llegó justo en el momento en que el entrenador deja el parloteo y suelta su ansiado anuncio.

—¿Kenma está bien? —cuestiona el líbero, en un susurro poco perceptible para no interrumpir a su entrenador. Kuroo le observa de reojo, con una curva en los labios que simula una sonrisa poco decidida. Yaku curva una ceja ante este gesto.