。*✧EPÍLOGO✧*。

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«Destinations without Destination»

EPÍLOGO

"Mañana"

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Lev era un chico que tal vez pecó de desear demasiado, desear cosas que están fuera de su alcance. Desde un principio algo dentro de él sabía que sus sueños posiblemente eran más altos de lo que pensaba, inalcanzables incluso, que aunque tuviera varias ventajas según los demás, no era capaz ni de rozarlos con la punta de sus dedos. Es realmente duro caer después de saltar tan alto, porque no fue suficiente.

Lo primero fue pensar que podría hacer algo por su querida hermana, pensar que podría encontrar alguna pista de Tsukishima Akiteru si le preguntaba a muchas personas, si entraba en varios círculos sociales y así tener un mayor rango. Pero Japón era un país más grande de lo que se imaginaba, posiblemente Tsukishima ni siquiera vivía en Tokio, ¿Y si realmente vivía en otro país y tenía un padre japonés? Habían tantas posibilidades que nunca pensó, y eso lo hace sentir como un tonto. Fue ingenuo, ingenuo por ir a visitarla cuando tenían que internarla, pensando que estaba avanzando con su búsqueda; al llevarle la cena a su hermana mientras pensaba que pronto se mejoraría y así darle alivio también a sus padres. Ingenuo como un niño que piensa que salvará al mundo del cambio climático cerrando la llave que gotea en su cocina.

Lo segundo fue creer que encontrar a su alma gemela era igual alcanzar la felicidad. Yaku no tenía la culpa de no poder corresponder a sus sentimientos, comprende que nadie puede inducir amor por la fuerza. Lev se sentía mal por no comprender que encontrar a su alma gemela no era sinónimo a una salvación, estaba tan triste que pensaba que cualquier cosa, sin importar cuál sea, que le haga sentir mejor sería lo más importante y sería permanente, fue algo egoísta en ese aspecto, pero de alguna manera quiso refugiarse en Yaku. Y así lo hizo por un tiempo, los días en que lo obligó a entrenar hasta que sus nudillos dolían, también fueron un momento de alivio, donde no pensaba en preguntarle a medio mundo sobre el alma gemela de su hermana, donde no tenía el cuidado de aparentar ser alguien fresco como frente a sus padres, o fingir estar siempre feliz frente a su hermana para tratar animarla.

Lev Haiba a su corta edad llevaba un gran peso que decidió por sí mismo cargar. Sería muy fácil simplemente ignorar la situación y amargarse por ello, sería fácil sentirse herido y culpar a los demás de sus acciones. Pero él no era así. Pensó que Yaku era la respuesta a todos sus problemas, y depender así de alguien estaba mal. Lo sabía, era tan consciente de sus acciones y aún así se aferró como un niño caprichoso.

Lo sucedido con Alisa, incluso su confesión fallida con Yaku, le hacían ser más consciente de sí mismo y de lo que le rodea, quizá un poco más consciente de lo que comúnmente es un chico de su edad. Pero seguía siendo débil, una parte de él sigue atascado en un agujero del que no puede salir, y de alguna manera ese lugar era demasiado cómodo como para intentarlo.

Al menos por un tiempo, solo quería alejarse de todo aquello. Ni siquiera había ido a ver a Alisa, que había sido internada desde hace dos días por una pequeña recaída. Sabe que su entrenador lo reprenderá por faltar a las prácticas, e incluso se ha atrasado con un par de tareas de álgebra e Historia. Sabe que está mal, sabe que dejarse caer estaba mal, no quería terminar como su hermana, ni preocupar a su padres.

Y aún así, hay una parte que quiere seguir así. No deja de repetirse que no ha madurado del todo.

Por eso, cuando siente un insignificante cosquilleo en su mano y algo pequeño golpear la ventana del segundo piso, deja de ver el techo, que realmente no tenía nada de interesante, y se asoma por la ventana. A quien ve hace que baje de inmediato, sin que sus padres siquiera se den cuenta de que ha salido.

※Destinations without destination※ 【KuroYaku/KenHina】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora