"Y Todo Comienza con un Final"

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     No sé si lo que me despertó fue la luz del sol en mis ojos, la pesadilla, o, simplemente el hecho de que mi pequeña no estaba... no había rastro alguno de ella, ni huellas ni pisadas en la hierba, mucho menos algo que me explicara que pudo haber sucedido, ella no desaparecería así sin más, toda la mañana busqué en los alrededores... y temí lo peor.

     Sólo esperaba que no haya sido una Bestia, cualquier cosa menos eso, mientras seguía el rio hasta la colina de dónde provenían los ruidos... y allí estaba, en medio de unos matorrales, una trampa de oso cubierta de sangre, un poco más allá, se encontraba un campamento bien establecido, o al menos lo fue, ya que mientras investigaba encontré extrañas huellas junto a trozos desmembrados de lo que alguna vez fueron personas, aún aferradas a sus armas, muchas de ellas inutilizadas, rotas y tan maltrechas que solo ocuparían espacio, pero, no debía desconcentrarme, no tenía tiempo para eso, no, el tiempo está en mi contra...

    Así que sin pensarlo mucho, mi instinto me llevó a seguir las huellas.

     Pudo ser alguna hora que pasé caminando, dejando atrás el valle, hasta llegar a una arboleda al lado de una vieja carretera, cuyos alumbrados estaban descompuestos desde hace mucho, y algún que otro carroñero se había llevado los cables de muchos de ellos hace tiempo, principalmente de los que estaban tirados en medio del camino. Pero, las huellas entraban en la arboleda, y las seguí... mientras me adentraba más y más dentro de la espesura, pude notar un rastro de ramas rotas, y múltiples pisadas, que como las mías, se dirigían para sus adentros, pero ninguna de ellas hallaba retorno, excepto las de esa criatura que comenzaba a marcar su territorio con enormes rasguños en los árboles circundantes.

     Algo me decía que no siguiera avanzando, quizá era esa sensación conocida, esa sensación a muerte que emana desde más adelante, o quizá era que fuere lo que fuere que consiguiese más adelante, cinco balas no serían suficientes, pero antes de poder pensar en retirarme, ya me encontraba camino hacia la horripilante escena...

El camino comenzaba a hacerse más perturbador, las huellas comenzaban a tener una tonalidad rojiza, como si la misma tierra sangrara, los blancos huesos desperdigados por el lugar no hacían sino que el corazón me latiera más y más rápidamente, y allí, donde se encontraba el claro de la arboleda, se encontraba una enorme pila de huesos, rodeada de cadáveres aun frescos, algunos aún soltaban ese ligero humo negro que caracterizaba a los infestados... y cuando me acerqué pude verle, pude ver a esa criatura que recordaba a un oso, pero no lo era, era una Bestia, y los ligeros chasquidos metálicos que de su putrefacto interior provenían no era otra que la "maquinaria" que impulsaba sus órganos, una visión que una mente que se desmoronaba lentamente como la mía no podía soportar otra vez.

     Mi experiencia me había hecho conocer cómo tratar con estas cosas, sin embargo, mi mano no paraba de temblar, aún más si no se enteran de tu presencia, pero, mi niña, que solo tenía trece años de experiencia, nunca había tratado con una Bestia, además tenía la mala costumbre de despertarse por las noches, pero, pero no sé por qué esta vez no me dijo nada... no lograba entender el por qué no estaba allí conmigo, no sé qué clase de criatura se lleva a una niña por la noche...

estaba...

     Molesta.

La Bestia aún no despertaba, para mi suerte, la inspeccionaba, temerosa de lo que pudiera encontrar en las pilas de cadáveres por los cuales sobresalía el cuerpo de la bestia y el chasquido metálico que amenazaba con acabar con mi cordura.

     Clac... clac... clac, repetía cada par de segundos, en los cuales mi mente se sobresaltaba sin importar cuanto supiese que iba a seguir allí, devolviéndome a la siniestra escena que se dibujaba frente a mis ojos, escena a la cual ya estaba acostumbrada.

V.A.L "Factor Axion"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora