Comienza la Cacería.

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Unas horas después, cuando la noche cayó, recobré el aliento... estaba completamente ilesa, y con gran furia en mi interior, porque se habían llevado a mi chiquilla, y eso me molestaba bastante...

Lo primero que hice apenas despertar fue aguzar la mirada para iluminar la oscura noche sin luna que me envolvía por completo, y volví hasta el lugar donde se supone que estaría Karen, pero allí no había más que un tumulto de huellas en el pasto, habían más de dos personas, una de ellas era bastante más pesada ya que sus huellas eran ligeramente más profundas, y un poco más atrás, una decena de metros puedo ver los tres casquillos de balas calibre 50, era un rifle antipersonal de grado militar, algo inusual, sin embargo mi prioridad ahora se centraba en seguir el rastro en la hierba... la cual se doblaba hacia el este, siguiendo más allá del tótem, parecía que hubiesen estado arrastrando algo, o a alguien, y ese alguien era mi pequeña Karen...

Y pagarían por ello.

En esta situación no tenía arma alguna más que el cuchillo que solía guardar en mi bota, pero ahora mismo todo mi cuerpo era, en su más pura esencia, un arma viviente cuya mira estaba puesta en quienes no solo secuestraron a Karen, disparándome y asesinándome, no, sino que habían arruinado la camisa y la chaqueta de Lu... alguien iba a morir, eso era seguro.

Avancé cerca de un kilómetro en la oscuridad más profunda, en el silencio de la apacible noche de verano, el cual ni siquiera el más misero insecto se atrevía a romper el silencio, ni la más molesta rama se atrevería a delatar mi posición.

Mientras más me adentraba en el territorio enemigo más frecuentes se hacían esta especie de señales, estas advertencias para quien quisiera entrar, estos tótems de cuerpos y huesos amorfos cuya presencia no hace más que provocarte pavor y helarte la sangre... pero mi sangre se encontraba demasiado caliente para estos artilugios, y mi mente demasiado fría para el pavor.

Luego, una centena de metros después, una especie de camino de tierra se hace ante mí, era una trampa, pude notarlo en cuanto mi pie sintió la cuerda tensarse ligeramente, y retrocediendo lentamente advertí en el artilugio que haría que una barrera de estacas se clavase en mí. Por lo que siguiendo esta trampa desde el borde con la espesura del bosque a mi alrededor y que se abría ante mí, logré sentir las primeras formas de vida en mis alrededores...

Dos, sí, eran dos sujetos, no eran quienes buscaba, ellos eran demasiado delgados para serlo, además, uno de ellos tenía la columna demasiado curvada como para poder cargar peso, por lo que supuse que se trataban de meros guardias, unos guardias que me recordaban a las tribus nativas, puesto que vestían ligeros ornamentos de plumas y hueso, usando extrañas lanzas de acero negro como armas, además de alguna pistola que llevaban en su cintura.

Clac, sonó crepitante en la espesura, sí, ellos conocían muy bien ese sonido, pero no parecían aterrados, no, más bien parecían disfrutar el miedo que en ellos se vertía como un torrente... estaban completamente desquiciados.

Y apareciendo detrás de ellos en un movimiento explosivo corté la garganta del que llevaba la pistola, no me interesaba que alertara al resto con un ruido mayor a un alarido gutural que profería mientras se desangraba y el resplandor carmesí de mi mirada se reflejaba en esos ojos desprovistos de vida.

El otro se quedó paralizado, apuntando su lanza hacia mí, al tiempo que profería alaridos en un lenguaje que me era extraño, seguramente me maldecía o se preguntaba quién era el demonio que tenían en frente... porque lo sería si me obligaban a ello, no una Bestia, no, una Bestia sería demasiado piadoso para estos seres caníbales, como pude oler en su sangre... Y clavando mi mirada en la suya, me impulsé hasta acortar la pequeña distancia que nos separaba, a él y a mi cuchillo, y lo clavé lentamente en su corazón, retorciendo la cuchilla mientras la sangre intentaba escapar por la herida.

V.A.L "Factor Axion"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora