Sentía la cabeza fría, voces por aquí y por allá gritaban, luego, un pequeño grito de agonía que me recorrió la espina… algo estaba sucediendo más allá de esa basta oscuridad que cubría mis ojos.No podía evitar llorar para mis adentros, recordaba todos estos meses que había pasado junto a mi chiquilla, junto a Lucielle… mis incontables pláticas con Hela cada vez que me topaba con ella.
Veía mi vida pasar frente a mis ojos, eso era lo que estaba sucediendo, una para nada agradable vida… Los recuerdos iban y venían, los buenos y los malos, algunos aún se encontraban muy borrosos como para poder distinguir su contenido, salvo por aquella araña que me arrebató mi niñez… podía sentir esa mórbida mirada llena de satisfacción, de placer, mientras devoraba a mis compañeros frente a mí… y si iba mucho más atrás, podía verlo vívidamente, como si lo pudiera tocar… Podía ver a mi padre, y su cabello plateado ondeando en el viento, caminando por el parque con otra chiquilla sobre sus hombros.
⸻ ¿Cuánto tiempo más planeas seguir de esta forma? -Inquiere una voz, rompiendo el silencio y la oscuridad consigo, llevándome a un lugar donde la luz era tal que seguía impidiéndome la vista. ¿Acaso no eres el futuro de la humanidad? -La voz femenina me era desconocida, era suave y melodiosa, pero cruel y cada palabra era como un puñal clavado en mi pecho. ¿Acaso no eres tú el sueño de Valentine? Oh, pero que arrogante Valeria, no eres más que una niña perdida, asustada, abandonada a su suerte… ¿En algún momento te has sentido culpable? -Rió conociendo ya la respuesta. Ni siquiera sabes a que me refiero… Patético Valeria, por un momento incluso yo creí en ti.
En mitad de la luz, una sombra, una silueta de profundas tinieblas que clava esos ojos violáceos en mí, profundos y llenos de furia.
⸻ Debes despertar. -Suspiró largamente cerrando. Hermana, no estás lista.
Abrí los ojos levantándome de la camilla en la cual me encontraba, agitada, aturdida y enormemente confundida, pero mucho más que eso, estaba furiosa con Alba, y con aquella figura que se abría paso melancólicamente hacía mí…
⸻ ¿Cómo pudiste? -Exclamé intentando ponerme de pie, pero enseguida noté que estaba atada de pies y manos contra la camilla con gruesos grilletes de acero negro, el mismo material de las Bestias, aunque ahora mismo dudaba de quienes eran los verdaderos monstruos. Confié en ti.
⸻ Tenía que hacerlo Val -Desvió el rostro, sentándose junto a mí. Si no hubiera intervenido todo habría sido mucho peor… -Sollozó. Él estaba dispuesto a asesinarte junto con Karen. Lucías tan serena y apacible, mucho más limpia y sana que cuando llegaste… tenía que proteger eso.
Se secó las lágrimas y velozmente se puso de pie, aclaró la voz ligeramente y me profirió una sonrisa taciturna al tiempo que tomaba la carpeta que reposaba sobre una mesa auxiliar junto a mi camilla, ojeando ligeramente su contenido por unos momentos hasta que, al notar que ya me encontraba algo más calmada, quitó los seguros que me apresaban, invitándome a sentarme y a escucharla.
⸻ Tu cerebro está saludable y en aparente orden, a simple vista cualquiera diría eso… -Decía al tiempo que sacaba una radiografía de mi cerebro, no sabía que estaba viendo la verdad. Pero en lo profundo, si tienes suficiente tiempo para discernir pequeños patrones, dentro de él hay ya tres amalgamas, tres tipos diferentes de AX, tres Axiomas dentro tuyo tan dentro y en proporciones tan comprimidas y densas que sigo sin saber cómo es posible. -Suspiró quitándose los lentes por un momento y cerrando la carpeta con un ademan. Si mi hipótesis es correcta, estas Amalgamas pueden, de alguna forma, regenerar tu cuerpo indefinidamente… -Tras un breve silencio hizo una exclamación dirigiéndose a la pila de papeles que estaba en su escritorio, y tras unos minutos volvió con un trozo de papel… una fotografía.
ESTÁS LEYENDO
V.A.L "Factor Axion"
Science FictionYa no queda nadie quien recuerde cómo comenzó, pero antes de darnos cuenta ya todo había acabado... Y ya era demasiado tarde, fue un duro golpe para la humanidad, y ahora, los pocos que quedamos en este mundo roto azotado por la enfermedad y las...