Capítulo 2

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Los pájaros se escuchaban cantar felices indicando que el sol ya estaba presente. Mis ojos recibieron esa calidez del sol de una manera muy agradable al mismo tiempo que mi cuerpo que poco a poco se fue estirando. La vista poco a poco se fue aclarando y pude ver el paisaje que me había mantenido segura de los seres malvados, si realmente estoy en este anime necesitaría toda la ayuda posible para poder enfrentarme a esos demonios. Me puse de pie y me acerque a una rama que había a mi alcance.

-Gracias por haberme mantenido a salvo toda la noche- por alguna razón le hablaba a la planta como si pudiera escucharme- pero pido que me dejes llevarme algo de tus flores para poder mantenerme segura y te prometo que plantare semillas en cada lugar a donde vaya para que todos puedan apreciar lo hermosa y protectora que eres- cuando estaba por arrancar la rama pude ver que las flores comenzaron a soltarse solas a mi alrededor, caían de una forma delicada y precisa, como si de una danza se tratase. A su vez en el tronco había tres semillas de color marrón clara con un pequeño destello en ellas, no pude evitar sonreír ante lo que acababa de pasar. Tome mi capa y la use para juntar todas las flores que se habían caído a mi alrededor, junto con las semillas para poder llevarlas en mi espalda. Cuando termine pude me acerque al tronco del árbol y apoye mi frente en la madera mientras cerraba los ojos- muchas gracias- susurre y por un instante pude sentir cómo el árbol palpito desde lo mas profundo de su ser.

Me aleje del bello paisaje y tome mi camino para poder encontrar mi destino.

-Bien, según esto el sol salió desde el Este- mirando la dirección por la que salía la bola de fuego imponente- ¿porque siento que me llama ese lugar?- me quede parada unos momentos hasta que finalmente seguí el camino que mi instinto me decía. Camine alrededor de tres horas hasta que finalmente encontré lo que parecía una aldea- bien, civilización al fin- me adentre al lugar observando todo a mi alrededor, parecía una aldea humilde ya que las casas de suerte tenían  forma de sostenerse. A los minutos comencé a sentir miradas en mí y era evidente ya que estoy vestida de una forma que para todos es muy extraña. 

Llegue al centro de la aldea en el cual por alguna razón no había nadie alrededor, todos parecían mirarme de manera fija desde sus casas o algún lugar apartado lo cual en cierto modo me hizo sentir muy rechazada. Estaba por seguir explorando hasta que sentí que mi saco comenzó a brillar un poco.

-¿Eh?- tomé el saco improvisado que había hecho con la tela y mire una de las semillas que estaba brillando mas de lo normal- ¿quieres que te plante aquí?- tome la semilla que tomaba mas fuerza por el latido que sentía en mi piel- lo haré- hice un pequeño agujero en el suelo bajo la mirada atenta de todos los aldeanos, arrodillada termine de hacer el agujero puse la semilla y la cubrí con la tierra para que pudiera florecer- por favor cuida a esta gente- dije susurrando a la tierra conservando mi mano sobre la superficie removida. Me puse de pie y mire a la gente que de manera curiosa se acercaba a mí, aunque podía ver en sus expresiones que me tenían algo de miedo. Por inercia les sonreí de manera amistosa- por favor no tengan miedo, simplemente les traje un regalo que me fue encargado. Cuiden esta semilla porque les prometo que los protegerá de los demonios y las cosas malvadas de este mundo.

 Cuiden esta semilla porque les prometo que los protegerá de los demonios y las cosas malvadas de este mundo

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Un mundo diferente (Rengoku Kyojuro y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora