Capítulo 27

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(Cereza)

Lunes, otro día de la semana. Me puse el uniforme y desayune con tranquilidad, tenía tiempo de sobra así que podría ir caminando sin problema.

Mi mamá se había ido a trabajar temprano y no volvería hasta tarde, así que podré comprarme algo para hacer de comer al regresar de la escuela. Empece a caminar y recordé el comportamiento extraño que mi mamá empezó a manifestar, desde que le dije los nombres de mis amigos tenía la mirada perdida, parecía estar en su propio mundo. Siempre supe que ella tuvo una vida complicada, que sino hubiera sido por mi tío _(t/h) y mi abuela ella no abría podido con mi crianza pero aun así se esforzó y me amo desde el primer momento que yo existía en su vientre. Y por eso yo la considera como la mejor madre del mundo.

-¡Cereza!- escuche a lo lejos, me di vuelta y vi que Senjuro venía corriendo en mi dirección- ¿no me escuchabas? Te llame por un buen rato.

-Perdón, es que andaba pensativa- los dos llegamos a la escuela juntos y luego nos separamos al escuchar el inicio de clases. Todo el día fue normal hasta que llego la hora que tanto esperaba desde que comencé las clases, la clase de música.

El profesor era alguien ciego, el profesor Gyomei. Escuchaba todo atentamente  y explicaba con una gracia y paciencia toda la parte introductoria de la música, aunque había un objeto de mi interés en esta sala y era el piano. Cuando termino de explicar todos se pudieron a hacer actividades pero yo me puse de pie mirando al mayor.

-Profesor Gyomei, quisiera pedirle algo- el pelinegro levanto la mirada e inclino la cabeza en la dirección donde estaba- ¿puedo tocar el piano?

-¿Sabe tocar el piano señorita?

-Si- dije de manera determinada. Todos se quedaron en silencio mientras escuchaban la conversión entre el profesor y yo.

-Esta bien, deléitenos con su música señorita _(t/a)- me dirigí al piano y me senté en el banco. Podía escuchar murmullos, algunos de que era una presumida y otros de curiosidad, pero tenía ganas de sacarme este sentimiento de encima. Desde hace días que sentía fuego en mi interior, como una llama que me estaba consumiendo y lo único que lograba calmar ese sentimiento era la música. 

Puse mis manos en el teclado para poder familiarizarme con las teclas, cerré los ojos y respiré profundamente. Deje la mente en blanco y se me vino a la mente una figura masculina, no sabía quién era, pero la sentía familiar y cálida. Quería dedicarle esta pieza a él, al padre que nunca conocí.

Abrí los ojos de golpe y finalmente toque la primera canción que me vino a la mente.

Abrí los ojos de golpe y finalmente toque la primera canción que me vino a la mente

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A medida que tocaba lo hacia más rápido, mis dedos se dejaban llevar por la melodía y el sentimiento. Fuego, era lo que sentía, fuego en mis dedos, en mi cuerpo, en mi alma...estaba rodeada de vida y calor. Me llevaba a otro mundo y realmente me sentía en mi ambiente, seguí tocando hasta que finalmente termino la canción. Me quede mirando las teclas unos momentos, no se escuchaba nada a mi alrededor hasta que escuche una voz escandalosa.

Un mundo diferente (Rengoku Kyojuro y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora