Capítulo 15

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(Rengoku)

Jamás me hubiera imaginado por todo lo que había pasado _(t/n), si bien había visto parte de su pasado nunca imagine que ella pudo vivir a costa de la vida de su hermano del alma. Las situaciones que cada uno vive, sea cual sea el mundo, son difíciles y pueden marcarte para siempre.

Después de esa charla dolorosa no pude soportar verla triste y desconsolada, la abrace para poder sostenerla, para poder sentirla y para que supiera que nunca la abandonaría. Podía sentir su pena, su dolor y toda su angustia. Su alma estaba siendo liberada de semejante carga y me alegrara que lo haya compartido conmigo.

Al alejarme no pude evitar mirar sus labios carnosos, cada vez que la miraba siempre me detenía a mirarlos sin que se diera cuenta. Pensando cuál sería la sensación de tenerlos sobre los míos, de poder compartir nuestro amor sin ningún tipo de miedo al rechazo ni ninguna barrera, solo nosotros. 

Mi curiosidad surgió y mi cuerpo comenzó a actuar solo, mirando sus ojos brillosos debido a las lágrimas y su rostro colorado me trajeron un profundo sentimiento de protección y de mostrarle mi amor, de demostrarle que estaría con ella toda mi vida si el tiempo me lo permite. Así que me acerque a su rostro mientras cerraba mis ojos, al momento de sentir su cálido aliento sobre el mí me detuve un momento, pero no pude aguantar más y le di un beso.

La sensación que sentí jamás me la hubiera podido imaginar, los escalofríos en mi espalda, el cómo sentía mi corazón llamear por ese acto y el sentir la piel de su mano en la mía me hacia sentir completo, sentía que había encontrado mi complemento. Y eso era algo que  invadía por completo. 

Cuando me aleje pude ver sus mejillas coloradas, sus ojos ya no brillaban de tristeza, sino de felicidad y podía ver cómo se mordía el labio levemente.

-Rengoku yo...

-No pienso disculparme por lo que acabo de hacer- dije con un sonrisa- después de todo era algo que anhelaba desde el momento que te vi bajo la glicina en el pueblo de los cerezos- la fémina se sonrojo y aparto la mirada de la mía- creo que es hora de que descanses, mañana podemos salir a dar un paseo. Después de todo tengo unas semanas de descanso después de nuestra hazaña en el tren del infinito.

-Me encantaría- sonrió, se puso de pie y juntos recogimos los platos para lavarlos y dejar todo en orden. 

La acompañe hasta su cuarto y finalmente me fui a mi habitación, no podía dejar de sonreír más de lo normal. Y que sentía que todo era de color rosa, que nada podría salir mal, que incluso podría llegar a ser el inicio de una nueva vida junto a la mujer que amo.

Al día siguiente me levante con una gran entusiasmo, sentía que nada podría detenerme, que sería un gran día. 

Camine con delicadeza por el pasillo para poder ir a la cocina y prepare un desayuno completo para poder llevárselo a mí invitada. No podía esperar a que pasara el tiempo, quería llegara la noche, quería que finalmente  llegara la ocasión para poder preguntarle lo que tanto anhelaba, lo que tanto deseaba mi corazón después de tanto tiempo.

Finalmente termine el desayuno y le puse una pequeña flor para poder acompañarlo, no sabía que flores le gustaban, pero sin duda empezaría a conocer todo de ella a partir de hoy. Camine con una bandeja hasta su cuarto y toque la puerta un par de veces, pero nadie contestaba.

-_(t/n), te traje el desayuno- no me atendía nadie, así que entre sin más- con permiso- cuando entre no vi a nadie, solo estaba la puerta trasera de la habitación abierta de par en par dejando entrar algunas hojas de otoño. Deje la bandeja junto al futón y me dirigí hacia afuera, intente buscarla a mi alrededor hasta que vi una figura a lo lejos mirando el horizonte. Me acerque con cuidado observándola detalladamente, estaba tan concentrada en el paisaje que tenía frente a sus ojos que no se había dado cuenta de mi presencia. Camine unos metros más en silencio hasta que pise una hoja seca e hizo un leve ruido que le hizo girar su cabeza.

Un mundo diferente (Rengoku Kyojuro y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora