___(t/n) ___(t/a) una chica común y corriente con 20 años de edad, que estudia en la universidad y trabajaba al mismo tiempo para poder sustentarse y vivir. Ella es una chica que sueña todo el tiempo despierta y el poco tiempo libre que le queda se...
Finalmente la noche había llegado, yo me encontraba arreglándome para poder salir. No niego que estaba nerviosa, pero a su vez, estaba feliz.
Podría estar con el hombre que quería sin ningún tipo de por medio, sin fronteras. Podríamos ser una pareja normal sin preocupaciones, aunque...nunca me lo había preguntado ¿somos pareja? Porque jamás me hizo la pregunta como tal y yo tampoco se lo hice.
-Esta será mi oportunidad- sonreí mientras finalmente termine de arreglarme, me mire en el espejo y el resultado me gusto. No estaba maquillada de manera exagerada, tenía mi cabello suelto con un adorno de flores y el kimono en su lugar- solo por esta vez...olvídate de todo- mire mi reflejo en el espejo- por esta noche...solo disfruta- sonreí por última vez y salí de mi habitación
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Sabía que estaba esperándome afuera, así que me encamine hacia la salida de la finca sin detenerme, sentía que mi corazón palpitaba de manera insistente, pero eso me daba más alegría y fuerza para poder pasar la noche con Kyojuro. Cuando llegue a la salida estaba de espaldas a mí, sonreí y baje las escaleras con cuidado.
-Lamento la tardanza- dije sin perderlo de vista, se dio vuelta y vi su sonrisa, pero me dio ternura al ver cómo se quedo tildado por unos momentos- ¿sucede algo?
-No- se acerco a mi- estas hermosa- ahora la que estaba tímida y nerviosa soy yo, aparte la mirada mientras sentía mi rostro caliente- ¿vamos?- se hizo a un lado y yo sonreí.
Caminamos hacia la salida de la cede hasta finalmente llegar al pueblo, el festival se desarrollaba en el centro de la ciudad, así que había varios puestos con diferentes cosas. Miraba cada una de ellas y me detuve mirando algunas cosas de interés, como libros, incluso encontré una máquina de escribir. Hasta que finalmente me detuve frente a un puesto de piedras brillantes que había en un puesto.
No pude evitar quedarme mirándola fijamente, tenía el mismo color de ojos que Rengoku, era naranja intenso junto con algunos pigmentos rojos. Por alguna razón me había quedado hipnotizada viendo esa piedra.
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-Es hermosa ¿verdad?- la señora del puesto me miro con una sonrisa.
-¿Qué?- me desoriente unos momentos pero luego volví a la realidad.
