Cero

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—¡Londres, primor! —exclamó Dylan levantando las manos con alegría y bajando del avión con todas sus maletas en mano.

—Dyl, ya sé que estás emocionado, pero por favor mira por dónde camin... —la voz de Thomas se vio interrumpida debido a una enorme caída que Dylan se pegó a mitad de las escaleras—. Muy tarde.

—¡El que llegue al último es un huevo podrido! —chilló Claudia desde el avión y bajó corriendo con Blake detrás de ella pisándole los talones, Victoria, la hija de Ki y Billy, el hijo de Kaya también corrieron detrás de ambos, Claudia y Blake eran como los hermanos mayores de los pequeños Lee y Davis-Scodelario.

—¡Ey, eso es trampa, Claudia, ven aquí!

La familia Sangster O'Brien había decidido pasar las vacaciones en Londres una semana después de la boda de Dylan y Thomas para desestresarse algunos días antes de comenzar sus nuevos proyectos. Los padres tenían en mente ir a alguna playa en México, pero Claudia insistió en ir al lugar de origen de sus padres y en donde se conocieron. Gracias a la constante insistencia de Dylan, Thomas terminó aceptando, a pesar de que tenía miedo de toparse con alguien de su familia.

En cuanto salieron del aeropuerto Thomas miró melancólicamente el lugar y no pudo evitar soltar un par de lágrimas, Dylan notó esto de inmediato y acarició ligeramente el dorso de la mano de su esposo para demostrarle seguridad.

—¿Qué tienes, cielo?

—Nada, Dyl... son los recuerdos, es todo, veo el aeropuerto y...

—Sé cómo te sientes —el castaño tomó el rostro de su amado entre sus manos—. Porque yo también estuve ahí, porque juntos lo vivimos, pero, ¿sabes algo? Después de todo, esto —señaló sus anillos de compromiso en sus anulares—, fue más fuerte que cualquier cosa, ¿sí?

—Sí, Dyl.

—Ahora, limpia esas lágrimas, mi amor, que debemos disfrutar de este viaje como a los dieciséis.

—¡Pas, ya vámonos!

***

—Precioso, sigues despierto —Dylan sorprendió a su esposo detrás de su espalda, mientras este miraba el cielo estrellado desde el balcón de la habitación de hotel.

—Tonto, casi me matas de un susto —musitó Thomas cerrando los ojos para no soltarle un golpe a su esposo.

—¿Qué haces aquí? Ven a dormir, cariño, Clau ya se durmió.

—Perdón, Dyl, estaba pensando un momento.

—¿En qué?

—En todo lo que vivimos aquí.

—Otra vez los recuerdos no te dejan en paz, ¿eh? —Tom asintió—. Deja de pensar, amor, demasiados pensamientos generan ansiedad y lo sabes. Que ya nada te preocupe, todo está bien ahora, vamos a dormir —dio media vuelta dispuesto a caminar hacia la cama, sin embargo, tropezó con la cortina y comenzó una batalla con esta—. ¡Aaaaaah! —se sacudió a tal punto de que tiró la cortina y cayó al suelo con ella.

El rubio soltó una risita y lo ayudó a levantarse del suelo.

—Contigo no hay remedio, Dyl.

—Pas —los adultos giraron ante el llamado de la niña, quien sostenía en su mano derecha a Corny y con la izquierda frotaba sus ojos—. No puedo dormir.

—Owww, mi bebé —el castaño cargó a su hija—. Vayamos a la cama ahora, creo que esta noche no dormiremos.

—Será mejor que veamos una película, tal vez una mía o de Dyl.

—O podríamos contar historias —Claudia se sentó en la cama con las piernas cruzadas—. Nunca me han hablado de esto, y ya que estamos en Londres, ¿cómo conociste a papi aquí, papá?

La pareja se miró y sonrieron ligeramente.

—Acomódate, mi amor, esta será una laaarga historia...

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We're millionaires (Dylmas) / Precuela de Dos Tontos Y Un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora