Capítulo 41

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Lo primero que hice al escuchar los autos afuera fue tomar la mano de mi novio y apretarla con fuerza, lo más importante para mí era protegerlo. Freddie corrió a la puerta y comenzó a ladrar, así que rápidamente fuimos por él y lo cargué.

—¿Qué está pasando?

—Mis padres nos encontraron, todo porque ayer le contesté a Garrett, rastrearon la llamada.

—¡Mierda! —exclamé acercándome a la ventana—. Hay patrullas afuera.

—¿Qué hacemos, Dyl? —Thomas me miró con absoluto miedo en su rostro.

—Tranquilo, salgamos por la ventana trasera y huyamos colina arriba, ten —le di a Freddie—. Procura que no haga ruido, iré por algunas cosas importantes, ve a la cocina y busca un poco de comida.

—Va, no tardes —me besó y fue allá.

Caminé hacia la habitación y busqué en los bolsillos de mi pantalón todo mi dinero y mi celular, fui por la billetera y el celular de Thomas y los guardé en una funda que estaba por ahí, estuve a punto de regresar con él hasta que vi una pequeña bolsa en la mesita de noche, lo dudé unos segundos y finalmente la guardé en mi zapato para que no me regañara, joder, las siguientes horas serían las peores de mi vida, necesitaba algo para estar calmado hasta que Gino nos diera los boletos. Regresé a la cocina y busqué un cuchillo, el cual guardé en mi bolsillo, Thomas me miró con los ojos muy abiertos.

—Es por precaución, no lo usaré a menos que sea necesario —me excusé mientras guardaba la comida que él había conseguido.

Entonces se escucharon unos fuertes golpes en la puerta.

—¡Dyl!

—¡Shhhh! —cubrí su boca y luego tomé su mano—. Vámonos.

Pero justo cuando corrimos a la ventana, vimos un par de sombras situarse delante de ella, así que rápidamente ambos fuimos al suelo para no ser vistos.

—¡Señor Sangster, sabemos que está ahí, salga de inmediato o derribaremos la puerta!

La voz de alguien afuera retumbó en nuestros oídos, era gruesa y llena de autoridad, juraba que era un policía. Apreté la mano de mi novio y respiré profundo, mi pecho subía y bajaba al ritmo de mi respiración pesada a causa del miedo.

Piensa, Dylan, piensa, tienes que sacarlos con vida, nada más.

—Dyl, voy a salir.

—¡No! —susurré apretando su mano aún más fuerte—. Te quedas aquí.

—¡Si no sale hasta contar diez entraremos por la fuerza!

—¡Brodie, soy mamá, no hagas esto más difícil, por favor! —su madre se escuchaba destrozada.

—Entrarán y te verán, es mejor que me entregue y no sepan que estoy contigo.

—¿Y verte casado con Isabella después de que estuvimos a punto de lograrlo? Ni loco —dicho esto me levanté del suelo, tomé la licuadora y la lancé hacia la ventana delantera, provocando que el vidrio se rompiera.

Giré mi cabeza y vi a las sombras irse, rápidamente corrí hacia mi novio, tomé su mano y salí con ambos por la ventana, mi plan había resultado a la perfección, quería provocar una distracción en los oficiales con ese chiste, y debo decir que salió mejor de lo que esperaba, pues de inmediato ellos entraron a la casa sin darle importancia a lo que estuviera pasando dentro.

—¡Corre, Tommy, corre! —dije mientras tiraba de su mano colina arriba.

—¡Eso hago!

Llegamos a la cima y de inmediato nos escondimos detrás de un árbol para ver a los policías buscar por todos lados, saqué mi celular y llamé a Gino sin pensarlo. Mientras esperaba que contestara, tomé la mano de mi novio y lo adentré al bosque para no ser vistos.

We're millionaires (Dylmas) / Precuela de Dos Tontos Y Un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora