Capítulo 42

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Dylan:

No vi nada después de que Tommy salió por la puerta, pues después de eso, se me acercaron dos policías más para atarme una cadena al cuello y así inmovilizar mi cabeza. Me subieron al helicóptero fácilmente, pues sentía que ya no valía la pena forcejear e intentar escapar después de ser amarrado así y de que Tommy se hubiese ido. La puerta se cerró en cuanto me senté en medio de dos militares, ni siquiera tenía opción a mirar por la ventana para verlo por última vez, ahí estaba yo con el cuello inmóvil, mis muñecas siendo atadas por los militares con una cadena gruesa y las lágrimas resbalando por mis mejillas.

No sabía a dónde iría ni qué me harían, solo sabía que mi vida había cambiado en cuestión de segundos, hace un par de horas desperté por los ladridos de Freddie al lado de mi novio y ahora estaba viviendo una pesadilla.

Jamás creí ser tratado de esta forma por amar a alguien.

Thomas:

-Brodie, ya cállate.

Mi mamá no dejaba de repetir eso en la patrulla que nos llevaba a quién sabe dónde, pero yo no podía contenerme, quería que todo esto fuese un sueño y despertar pronto, pero por más que me pellizcaba mis manos esposadas, jamás despertaba.

No volví a ver a Dyl desde que me metieron en este auto oscuro y horrible, ni siquiera me dieron opción a mirar si lo subieron a otra patrulla porque literalmente me tiraron en los asientos traseros y en seguida dos militares se sentaron a mi lado. En cuanto el auto arrancó, supe que no había marcha atrás y que mi vida perfecta había terminado, fui muy tonto al tener esperanzas de que todo esto terminaría bien. Desde ahora dejaré de lado el optimismo y seré más realista.

No podía dejar de llorar, los recuerdos horribles de todo lo que pasó en los últimos minutos me atormentaban y no me dejaban tranquilo, estaba preocupado por Dyl, temía por su vida, pues mi madre prometió matar al responsable, pero es que no fue solo él, sino yo también, yo tomé esta decisión poniendo en riesgo su vida, a mí podían hacerme lo que sea, pero no a él, ya había sufrido bastante por mi culpa y no era justo lo que estaba pasando después de que ese chico me dio tanta felicidad, esa era la característica principal de Dylan, siempre buscaba que estuvieras bien sin importarle nada y por eso quería estar con él toda mi vida, lo admiraba de una manera única. Lastimosamente mis deseos se fueron a la basura en cuanto me subieron a la patrulla.

¿Por qué no pudo ser diferente? ¿Por qué tuvo que ser así? ¿Qué clase de destino es el que está guiando mi vida y el que voy a tener?

Agaché la cabeza y de inmediato pensé en Freddie, el cachorro que había robado nuestros corazones estos dos días, a quien quería cuidar junto a Dyl para siempre hasta que diera su último respiro. Me preocupaba a dónde iría o si lo volvería a ver, la gente suele ser muy cruel con los animales y nada me aseguraba que estaría bien en el lugar que lo dejaran.

-¡He dicho que te calles! -mi madre volteó mi cara de una bofetada-. Sinvergüenza, encima lloras porque te saqué de esa vida horrible que traías con ese pobretón.

-¡El pobretón me daba más felicidad que tú en toda mi vida! -le grité con furia.

-¡Cállate, malagradecido! -otra vez sentí una bofetada-. ¡Deberías agradecer por la madre que tienes!

-¡Vaya mierda de madre que obliga a su hijo a hacer algo que no quiere!

Esta vez ya no fue una bofetada sino un puñetazo muy fuerte. Cerré los ojos y escupí sangre, levanté la mirada y vi mi labio lastimado en el retrovisor del auto.

-¡Una palabra más y no respondo, Thomas Brodie-Sansgter!

Y desde ese momento solo se escuchó el ruido de las llantas raspar la carretera, el radio del oficial y mis pequeños sollozos que por más que intentaba contener, no podía.

We're millionaires (Dylmas) / Precuela de Dos Tontos Y Un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora