We're millionaires (Dylmas) / Precuela de Dos Tontos Y Un Bebé

Capítulo 50

No podía ni siquiera hablar, mi cuerpo comenzó a temblar ligeramente al igual que mi mandíbula. Sentí una enorme punzada en mi pecho, no sabía si así se sentía un corazón roto, pero lo estaba experimentando por primera vez y era horrible. Era claro por qué Kaya lo notaba diferente, algo le habían hecho, porque claramente este no era mi Tommy, físicamente lo era, pero interiormente no. Quería gritar, arrodillarme y llorar contra el piso, pero mi shock era tan grande que no me lo permitía, me era imposible moverme.

—No... —Thomas retrocedió hasta llegar a la pared, lucía muy asustado—. Tú... tú eres O'Brien —me señaló con su dedo tembloroso—. Eres... eres —sacó rápidamente su billetera y de ella una foto que no pude ver de quién era, pero fue puesta delante de mis ojos por él—. Eres Dylan O'Brien... ¡tú deberías estar en la cárcel! ¡Policía! ¡Un delincuent...! —sus gritos fueron interrumpidos porque Gino cubrió su boca.

—¡Cálmate, niño riquillo! —mi primo habló entre dientes sin dejar de mirarlo mal—. Una palabra más y termino con tu vida —colocó un cuchillo contra su estómago, lo que provocó que se asustara más, sin embargo, obedeció y no volvió a gritar—. Te dije que no vinieras, idiota —me susurró sin dejar de mirarme con rabia.

—Tranquilo, lo arreglaré —musité colocando mis manos hacia adelante—. Tommy... Thomas —sacudí mi cabeza frente al error—. No te asustes, no te haremos daño.

—Si lo harás —me miró aterrado—. Eres un criminal, mi madre me prohibió acercarme a ti.

—A mí no —ambos me miraron confundidos—. Me presento, soy Sandro O'Brien, el hermano gemelo de Dylan. Y lo estoy buscando para meterlo a la cárcel, al igual que tu madre. Me da mucho gusto conocerte —le extendí mi mano.

Thomas y Gino me miraron más confundidos de lo normal, mi primo soltó a Tom, quien tomó mi mano con desconfianza. Sonreí a punto de llorar al sentir su tacto otra vez, que obviamente no era como antes, era frío y sin amor. Sentir su mano ahora era como tocar un cactus, me dolía demasiado.

—Lo-lo siento —tartamudeó—. Es que mi madre me dijo que tuviera cuidado, no sabía que ese imbécil tenía un gemelo.

—Pues la vida nos da muchas sorpresas, Thomas —le sonreí falsamente.

—¿Y entonces por qué me abrazaste emocionado y me llamaste Tommy?

—Ah... porque... —guardé silencio al no saber qué decir.

—Te estaba poniendo a prueba —explicó Gino—. Ya no te preocupes.

—Oh bueno, eso me deja tranquilo —rio de forma incómoda—. Oigan, perdón que me vaya, pero ya es muy tarde y mañana tengo clases.

—Descuida, Thomas, vendremos mañana a visitarte —dijo Gino.

—¡¿Mañana?! —abrió los ojos sorprendido.

—Síp, queremos que nos ayudes a capturar al hermano de... Sandro —mi primo me miró y yo me encogí en mi lugar.

—Oh claro, pero eso depende de mis tareas...

—Sí, sí, nerd, lo que tú digas.

—¿Cómo me llamast...?

—¡A dormir, niñito! —y de un empujón lo alejó de nosotros—. ¡Dylan, estás demente!

—¡Lo siento, me ganó la ansiedad!

—¡¿Y no podías quedarte quieto unos minutos más?!

—No —hice puchero.

—Eres tan estúpido que podría golpearte en este momento, ¡y no me importaría que fueras mi primo! —tomó mi camisa y me estampó contra la pared.