Capítulo 26

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Dylan:

No sabía dónde estaba, lo único que podía observar a mi alrededor era un montón de luces parpadeantes y gente moviéndose frente a mí. Estaba ido, sentía ganas de vomitar, así que tiré todo lo que mi estómago guardó durante las últimas horas dentro de un pobre cesto de basura.

O al menos eso pensaba que era, ya que mi vista estaba tan nublada que ni siquiera podía distinguir lo que me rodeaba.

Maldita sea, jamás debí combinar alcohol y droga al mismo tiempo, es una perdición

Lo único bueno de todo esto era que por lo menos podía olvidar a Thomas de esta forma, lo único que pensaba cuando estaba mareado era en continuar bebiendo o fumando, y pasarla bien.

Así se convirtió mi vida desde que decidí hacer negocios con Gino, ahora tengo dinero considerable como para mis gastos personales, ni siquiera me importaba el colegio en estos momentos, tengo la vida hecha, así que Sangster puede irse al carajo; él con su gran cantidad de dinero y su generosidad entre comillas. Lo único que sabe hacer ese hombre es soltar dinero y ser un ñoño.

Lo detestaba, no quería volver a ver esa cara hermosa y cruel, seguía sin superar el hecho de que solamente jugó conmigo y me utilizó, estaba harto de que todo el mundo me hiciera eso, pero no, desde ahora he decidido ser una persona bastante dura y no caer tan fácilmente, porque el ser humano estaba tan roto y vacío, que se ilusionaba con alguien por el simple hecho de que ese alguien le brinda una muestra de cariño.

Ahora con el negocio de Gino, ya no me sentía tan vacío, solo me bastaba emborracharme o fumar un poco de marihuana para olvidar todo y sentir la adrenalina recorriendo mi cuerpo, suficiente para alejarme de todos los problemas que me atormentaban día a día, estaba tan agradecido con mi primo.

Así que, Thomas, dónde sea que estés, espero que seas feliz donde sea que te encuentres, pero eso sí, chinga tu madre.

Thomas:

La Torre Eiffel, un monumento tan hermoso para visitarlo con quien más amabas. Todos caminaban dados de la mano con sus parejas, se besaban, se abrazaban y se daban un montón de mimos. De verdad me dolía y envidiaba ver a los demás así, cuando yo podría estar así con Dylan en este momento, si mi miedo no dejara de molestarme, ambos estaríamos aquí muy felices y sin Isabella, que aparentemente vendría en unos quince minutos, después de semanas sin verla.

Y hablando del Rey de Roma...

-¡Thomas!

Esa voz chillona otra vez.

Giré lentamente y la miré con desagrado, de inmediato ella me abrazó con fuerza y depositó un montón de besos en mi rostro, dejando al final a mis labios. No pude evitar hacer una mueca de desagrado, esto no era lo que me esperaba de este viaje, por lo general siempre lo espero con ansias cada fin de año, pero este año era completamente diferente. Me sentía mal emocional y físicamente, no me encontraba a gusto con quienes me rodeaban en este momento y mis pensamientos no dejaban de atormentarme todo el tiempo.

-¡Te extrañé tanto, bebé! -chilló demasiado contenta, pero yo no podía sentir su misma felicidad, se me hacía imposible cuando el castaño de ojos pardos habitaba en mi mente todo el tiempo.

Oh no, los recuerdos llegaron a mi mente, de inmediato el tiempo se congeló y pude ver claramente la carita de Dylan frente a mí, justo el día en el que me dijo bebé por primera vez:

-Dylan... me gustas, en serio. Pero tengo miedo, y por eso a veces salen cosas estúpidas de mi boca.

-Te ayudaré a perder el miedo, ¿sí, bebé?

We're millionaires (Dylmas) / Precuela de Dos Tontos Y Un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora