𝗛𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮 𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝘁𝗶 𝗧/𝗡 (𝗧𝘂 𝗻𝗼𝗺𝗯𝗿𝗲)
Soy t/n, mi adolescencia fue muy difícil, 𝐡𝐨𝐫𝐫𝐢𝐛𝐥𝐞 es la palabra adecuada para describirla, pero al menos tenía una familia que me apoyaba. Hasta que fui convertida a los...
Seis años desde que conocí a los Cullen's y no me arrepiento de nada.
Pues todo lo que viví me trajo hasta aquí.
Hasta el día de mi boda.
Después de dos años de relación, Edward me pidió matrimonio. Pero yo no me veía en un altar, es decir, para mi era una locura.
Pero con el tiempo me abrí ante la idea, y aquí estamos.
Yo tomada del brazo del Carlisle, a punto de comenzar a caminar hacia el altar.
Carlisle:-¿Nerviosa?- lo miré.
T/n:-¿Quién? ¿Yo?- reí -¡No! ¿por qué lo estaría?- el me sonrió.
Carlisle:-No te vas a caer- suspiré, ese era mi mayor miedo.
En estos años han pasado muchas cosas...
Volví a New York varias veces. Algunas de visita y otras por deber.
Ser la mensajera de una Ninfa no era algo fácil. Pero algo me decía que Sabrina en especial; era un poco más complicada.
Pero sin embargo nos volvimos muy unidas.
Thomas y Olivia habían viajado por toda Europa y Sudamérica, se habían casado hacen dos años y todos fuimos a su boda, fue hermosa.
Vanessa y Marcos habían encontrado a sus compañeros.
Vane había conocido a un chico llamado Nicolás, era un vampiro cerca de los 110 años. Y Marcos había comenzado a salir con el hermano de éste; Charlie.
Se les veía muy felices a ambos.
El Cártel se había transformado en un centro de ayuda humanitaria, aunque aún se movía dinero bajo la mesa.
Había conocido mejor al Clan Denali; supe de la extraña obsesión de Tanya con Edward.
Al principio me molesté pero ella fue muy amable y se tomó el tiempo para explicarme lo sucedido y dejar en claro que no tenía ninguna intención.
Me volví unida a Kate, su don y personalidad son increíbles, por otro lado, su pareja Garrett, es muy parecido a Emmett, en personalidad, claro.
Emmett y Rose tuvieron una renovación de votos y luna de miel, otra vez.
Todos los años, sin falta, recibía una llamada de Jacob o Bella para informar que se encontraban bien. Agradecía aquello.
Los había invitado a la boda, pero entendí perfectamente sus razones al no venir, nos mandaron mucha suerte buenos deseos. Eran felices y tenían una hermosa niña.
Comenzó a sonar la marcha nupcial, era momento de nuestra entrada. Suspiré, Carlisle me sonrió y comenzamos a caminar.
Mi vestido era bastante grande, blanco con mangas, escote y decoraciones. Había estado indecisa entre dos pares de tacones, unos blancos y otros plateados.
Opté por los plateados, ya que lucirían bien con el vestido que me pondría después.
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