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Banco de Gringotts, 29 de Julio de 1995 09:13 a.m
Callejón Diagón, Londres



Los duendes los miraban como si fuera una especie de loco demente o tal vez un idiota, probablemente lo segundo pero Harry sólo sonreía mientras observarba a los guerreros gobblin perdiendo la cabeza.

La mañana había llegado con rapidez y con ayuda de la salita que le proveía de cosas, consiguió que ésta robara una chimenea con conexión a la red flú, pasar de manera ilegal de Hogwarts a Gringotts fue pan comido. Una vez llegó al Banco solicitó hablar con un gerente de cuentas, según el libro que había leído "Testamentos: todo lo que el mago moribundo debe saber", decía que los más seguros eran aquellos que se realizaban en el banco de los duendes, desde luego había un paso a paso de todo lo que debía hacerse y Harry aprovechó al máximo, no olvidando agradecer a la salita por darle tan buen material de lectura, como recompensa por ser cortés con ella, de alguna manera el castillo logró mandar a un par de elfos con numerosos bocadillos.


Había llegado al Banco temprano por la mañana y esperó pacientemente a que un cajero se desocupara y terminara de escribir en su libro de cuentas, cuando la criatura lo miró con desdén, pidió amablemente una prueba de herencia y hablar con su gerente de cuentas, pese a la incredulidad del duende, y luego de proporcionar su nombre fue guiado a una sala apartada donde otro duende pronto lo llevo a un despacho sobriamente adornado.


Se presentó como Warlock, y le explicó de manera profunda todo lo que el pergamino de herencia le mostraría, desde Títulos Nobles heredados por los padres, aquellos heredados por la magia debido a grandes hazañas realizados; Harry se rió de él cuando el duende creyó que era poco probable que obtuviera algo allí y por último, aquellos heredados por consquita, ahí, éso se oía mucho más interesante, Harry había ganado a su parte justa de magos y mortífagos desde que ingresó a Hogwarts, se preguntó si el Señor Oscuro estaría entre ellos, pero creyó que sería muy maleducado interrumpir al duende.


Luego de unos largos minutos la hora de la prueba por fin había llegado, cinco gotas de sangre diluidas en una poción en la se bañaría una pluma de sangre, lo siguiente que supo fue que la pluma había empezado a escribir con rapidez y el pergamino había triplicado su tamaño, logrando tomar por sorpresa al duende frente a él. 

Harry leyó primero la prueba y no pudo evitar carcajearse de manera maníaca cuando se dio cuenta de lo jodida que estaría el mundo mágico cuando se vaya. Lo haría lo mejor que pueda, pasaría a los libros de historia como el niño que entregó a su país al Señor Oscuro por culpa de un viejo decrépito que pensaba demasiado bien de sí mismo.


Tenía dos títulos de parte de su padre, uno del lado de su magia, otro por parte de su padre, unos pocos por magia y varios por conquista, sin embargo dejó que el duende lo guiará en los por menores de su herencia, esperando que su experiencia lo ayude a saber cuáles títulos ostentar y cuales simplemente absorber dentro de sus casas, por lo que dejó que Warlock leyera su prueba. 


Observó con satisfacción cuando llegó específicamente a sus títulos otorgados por la magia. Heredero de Gryffindor, Asesino de Basiliscos y Campeón del Torneo de los Tres Magos, sonaba ominoso. ¡Ja! ¡Chúpate ésa, Warlock!


-Bueno heredero Potter- comenzó un inusualmente respetuoso duende -Posee varios títulos, así como propiedades y oro- comenzó. 

-¿Qué señorías cree que debería tomar? Después de todo, tras el fiasco del Torneo supongo que se me ha declarado mayor de edad ¿No?- la criatura frunció el ceño mientras convocaba un archivado sospechosamente delgado pero al abrirlo incluso llega a triplicar su contenido, buscó durante algunos minutos, documento por documento hasta encontrar el que buscaba, un certificado de emancipación otorgada por el Director Albus Dumbledore, el Director del Departamento de Cooperación Internacional Bartemius Crouch Sr, el Director del Departamento de Juegos Mágicos Ludo Bagman y los directores Madame Olimpe Maxime e Igor Karkaroff.

Esperanza PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora