Erguido fuertemente, con mirada templada, seria pero amistosa, bruscos cortes en su rostro, todo el castaño cabello, que había comenzado a blanquecer, recogido en una cola de caballo no muy larga. Mirándolos con certeza de sí, el antiguo rey de Celestia, Agamenón.
Ethan y su hermano, con la sorpresa recorriendo sus cuerpos, yacían paralizados ante aquella visión, el hombre a quien vieron estallar hace años seguía con vida. Preparándose para lo peor, Ethan activó sus fieles sables, Níveo y Cerúleo, posicionándose para la batalla. Miguelangel retrocedió pasos largos, flexionando sus piernas invocó a Heiligen: Gewitter, esperando la reacción del ex rey.
- Detengan su violencia, calmen su ímpetu y relajen sus espíritus — Recitaba tranquilamente Agamenón — Que de este ser, violencia alguna u otro método de muerte, no saldrá
El ojiazul volvió su mirada a su hermano, el otro asintió con la cabeza, ambos guardaron sus armas. Agamenón les dio la espalda, indicándoles seguirle, los guió hasta el interior de la floristería.
- ¡Marie, he traído a viejos amigos de Celestia! — anunció el ex rey - ¿Te importaría preparar té?
- ¿De Celestia? — preguntó una voz femenina, madura y suave proveniente de la parte posterior del mostrador - ¿Te refieres al grupo ese que me contaste?
Una mujer se asoma, tenía rostro gentil, cabello color cobre y fuertes ojos verdes, parecía rondar los treinta años.
- Así es, Marie, ¿Dónde está Claire? — pregunta Agamenón acercándose a la mujer - ¿Tú madre ya terminó con las caléndulas que ordenó el señor Marco esta mañana?
- Está regándolas atrás — responde la mujer, luego mira a Ethan — Ojos azules, cabello negro, usualmente vestido de negro, ¿Tú has de ser Ethan Azureblade, no?
Ethan asiente ligeramente con la cabeza, luego desvía la mirada. La mujer dirige su atención a Miguelangel.
- Cabello negro, ojos café oscuro, tez clara, casi siempre vestido de blanco, beige o dorado, supongo que tú eres Miguelangel Divineblade ¿No?
- Ehmmm... yo también soy Azureblade — Responde el chico con ligera confusión
- ¡¿Son hermanos?! — preguntó con exaltada emoción la mujer
- A-así es... - responde Miguelangel
- ¡Aggy, no me contaste que eran hermanos!
Ethan y Miguelangel se miran al mismo tiempo, se ponen una mano en la boca e intentan contener la risa. Agamenón los miró de reojo y volvió a mirar a la mujer.
- Marie, ¿podrías, por favor, dejar de decirme ¨Aggy¨ frente a mis amigos de Celestia? — replicaba Agamenón con tono noble
- ¡P-pero, Aggy!
- ¡¿Aggy?! — gritó Ethan riéndose como loco - ¿El gran rey de Celestia es ahora Aggy?
- Marie suele acortar nombres así, casualmente todos terminan en ¨y¨
- ¡Eso no es cierto, Aggy!
Agamenón se ríe recelosamente, guía a Ethan y a Miguelangel hacia una habitación en la segunda planta y se sientan en una gran mesa.
- ¿Qué los trae por aquí? — pregunta el Rey — Llegué a pensar lo peor ese día
- ¡Nosotros haremos las preguntas aquí! — grita Ethan azotando la mesa - ¡¿Qué rayos te pasa, por qué rayos intentaste absorber a los avatares e invocaste a Tenebrarum en Celestia, en qué rayos estabas pensando?!
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Arrasando con la Magia.
FantastikTodos alguna vez hemos oído sobre la magia. Esa fuerza milagrosa que crea situaciones fantásticas que todos quisiéramos vivir. Todos alguna vez soñamos con poder lanzar fuego de la palma de nuestras manos. Poseer un arma legendaria, e incluso, tener...