Tres semanas han pasado desde que me enteré de que tengo un hermano. Y han sido unas llenas de cambios.
Charlie viene cada noche después del trabajo para cenar conmigo porque dice que solo nosotros tres debemos saber del plan, el cual aún no me han dicho, y sabe que si alguien me preguntara algo, mi mala actuación nos delataría.
Aveces Cameron se nos une. Dice que le da flojera cocinar así que viene para quitarse eso de encima. Nosotras sabemos que viene porque no quiere estar sólo.
Eh descubierto que es un gran chico.
En el fondo, muy muy en el fondo.
He vuelto a ir al gimnasio después de mi turno. Todo lo que ah pasado me ha dejado un poco aturdida y mi terapia con el saco de box no podría ser más necesaria.
Con Chris... no hemos hablado desde aquel... encuentro.
FLASHBACK
Estaba llegando del gimnasio y como estoy lo suficientemente cansada como para subir por las escaleras, me decidí a esperar el ascensor.
Las puertas de metal se deslizaron hacía los lados y yo me adentre en el pequeño cubículo. Precione el botón número 6 y las puertas estaban casi cerradas cuando un brazo se enterpuso en su camino y se abrieron de nuevo.
La cara de sorpresa e incomodidad de Chris al notar que solo yo iba en el ascensor me puso los nervios de punta.
-Hola- Saludo para desechar un poco la densa tensión que se había creado.
-Hola- Dije de vuelta -¿Cómo estás?- Me miro de reojo y sonrió incómodo.
-Bien ¿y tú?- Dijo roboticamente. Okay esto es estúpido.
-Oye, está incomodidad es estúpida- Lo encare.
Hizo lo mismo pero su mirada reflejaba algo más que incomodidad. Era una mirada dura y un poco dolida.
-¿Por qué saliste con Cameron?- Preguntó de pronto. Pareció aliviado de que esas palabras al fin salieran de su boca.
Lo mire cohibida por su cuestionamiento. ¿Por qué salí con Cameron? Bueno, más que nada, fue un impulso por ver salir a esa rubia teñida de su departamento aquel día.
Porque sabiendo ahora que Cameron es mi hermano, eh incluso no sabiendolo, no sentiría ningún interés romántico por él. Sin embargo, Chris no sabe ese pequeño detalle.
Me centré de nuevo en Chris quien me miraba esperando una respuesta.
No podía decirle que fue por celos de la rubia, sería darle un plus a su ego y eso es algo que no haría.
-Eso no es asunto tuyo- Respondí con simpleza. Frunció el ceño y apreto la mandíbula.
-Claro que es asunto mío, después de eso haz cambiado- Sus palabras salían cargadas de molestia.
Ahora la que fruncio el ceño fui yo.
-¿Como que he cambiado?- Pregunté enojada -Tú ni siquiera me conoces lo suficiente como para saber si he cambiado o no- Solté con los dientes apretados.
Tal vez si cambié algo, como por ejemplo que desde ese día, no eh hablado con ninguno de los hermanos que tengo como vecinos. Evitandolos. Pero eso ha pasado porque soy un asco fingiendo y sabía que alguno de los dos me preguntaría algo sobre Cameron... como ahora. Sin embargo, aunque lo que siento por Chris aún late con fuerza, me molestó que dijera que eh cambiado sin si quiera conocerme realmente.
Tal vez suene exagerado, pero así te moldea la vida después de tantos golpes que te ah dado.
Un aprenton en mis hombros y un suave toque en mi cintura, me trajo de mis pensamientos para encontrarme con unos suaves labios apresando los mios con delicadeza y ternura.
Aunque detrás de esas hermosas sensaciones, se escondía un salvaje deseo de necesidad y ansiedad, que al parecer, yo también sentía.
Sin darme cuenta, estaba siguiéndole el beso a Chris con la misma hambruna e histeria que él irradiaba.
Mis brazos se enrroscaron alrededor de su cuello, dejando caer el bolso que sostenían al suelo. Sus manos se encadenaron en mi cintura, como sujetandome para que nunca me fuera de su lado. Nuestros cuerpos estaban tan juntos que podía sentir el latir desbocado de su corazón conectándose junto con el mío en una danza que parecía imposible de detener.
Mi espalda choco contra la pared de metal del ascensor. Chris me levanto un poco mienstras yo enredaba mis piernas alrededor de su torso, haciendo que Chris soltará un jadeo.
Sonreí contra su boca.
Mi mente abandonó la realidad cuando sentí un ligero mordisqueo en mi labio inferior.
Baje mis piernas de su fuerte torso y liberó mi boca por unos segundos para luego darme pequeños besos que fueron desapareciendo hasta que nos separamos por completo, lentamente, dejando nuestras frentes juntas y respirando irregularmente.
Abrí mis ojos y encontré sus hermosas esferas verdes mirandome fijamente. Una sonrisa se curvo en sus carnosos labios.
Se la devolví.
-Gracias- Dijo feliz después de unos eternos segundos donde nuestras miradas no se separaron.
En ese momento caí en cuenta de lo que acaba de pasar y toda la realidad me estalló en la cara... de nuevo.
Mi sonrisa se borró.
Me aleje de él y desvíe la mirada, dejandolo completamente confundido.
-E-esto no debió pasar- Tartamudie apenas audible.
Lo mire un segundo y de inmediato me arrepentí. Su rostro era igual o peor que la de aquel día donde creí que Peter nos seguía.
Su confusión, su decepción, su tristeza... rompían mi corazón en miles de pedados.
-Lo siento- Fue lo último que salió de mi boca mientras recogía mi bolso, salía del ascensor y limpiaba una lágrima que resbaló por mi mejilla.
FIN DE FLASHBACK
Mis labios aún hormiguean al recordar el apasionado beso. Su sabor a hierba buena aún esta presente en mis papilas gustativas.
Ese beso... fue la cúspide para ese día. Lloré porque amo a ese idiota y odio verlo así, y más por mi culpa.
-Hey ¿Estás bien?- Preguntó Meer tomando unos cuantos menúes del mostrador.
-Si- Le sonreí a boca cerrada.
-¿Segura? Te ves algo... distraída- Inquirió sujetando los menúes contra su pecho con una mano y colocando la otra en su cadera.
-Si, es solo que...- Frote mi frente -No dormi muy bien- Y era verdad.
-Bueno, como quieras- Dijo restandole importancia, sabe que no le dire nada -¿Me puedes ayudar con la 5 y la 8? Ann no vino hoy- Dijo refiriéndose a la chica nueva que llegó hace una semana -Y éste lugar esta a reventar- Hizó una mueca exagerada de cansancio.
Asentí, rodeé la barra, tome unos cuantos menúes y una libreta con bolígrafo.
Meer junto sus manos en forma de rezo y formó un "gracias" con su boca.
-Me debes una- Le guiñe un ojo.
-Bienvenidos a Epic's ¿Qué puedo servirles?- Dije con voz monótona a la pareja de la mesa 8.
Tomé sus ordenes, las colgué en la ventanilla de Lou, el cocinero, y me dirigí hacía la mesa 5.
Arranqué una hoja de la libreta con garabatos que de seguro Ann había hecho, la hice bolita para guardarla en el bolsillo de mi uniforme.
Esa chica debería dejar de ser tan holgazána.
-Bienvenido a Epic's ¿En que pue...- Casi dejé caer el bolígrafo de entre mis dedos.
Perfecto, jodidamente perfecto.
La persona que más necesito ver en esté momento.
-Necesitamos hablar- Dijo un muy decidido Chris.
***
Gracias por leer...

ESTÁS LEYENDO
Protección de testigos.
RandomUn aclaramiento de garganta me trajo de vuelta de mis pensamientos, y me di cuenta de que los policías ya estaban frente a mi. -Joven, ¿usted fue testigo del asesinato?- Preguntó el que, según su placa, era apellido Cardenas. -Si, ¿porque?- Contesté...