RUN | F1

don't leave me alone.

FLASHBACK TO 2011
AUGUST, 25
CIRCUIT OF THE AMERICAS, TEXAS

Sonreí en el momento en el que el premio tocó mis manos. Pero no vi a nadie conocido. Festejé con los niños del podio, quiénes sonreían.

¿Dónde estaba mi mamá?

Me baje con el premio, recuerdo que pesaba y me encaminé hasta detrás del cartel del circuito, donde dejaban los Kartings.
Tomé la cinta roja que tenía amarrada al volante y lo siguiente que sentí fue un tironeo de mi mano derecha.
Me dolió, pero no dije nada.

Solo miré al hombre que sostenía mi premio con recelo.
Me sentí incomoda, estabamos solo nosotros, pero no dije nada.
Me aferré a esa cinta roja, mientras el reía frente a mi.

—¿Cómo una pequeña y débil niña como tú puede ganar un premio como éste? ¿que has hecho?— suelta el premio, cayó en el piso y se partió en varios pedacitos.

Yo solo comencé a temblar, de nervios, de impotencia al no poder decir nada ante el señor que estaba frente a mi.

'Tenes que ser valiente'

Me decía mi madre todo el tiempo, pero no pensé que también lo tenía que hacer las veinticuatro horas del día, fuera de la pista cuando hombres mayores tratan de hacerme sentir mal.

—Yo... yo solo corrí bien toda la temporada, señor.— digo, arrodillandome para juntar los pedazos de ese premio que ahora estaba partido en tres.

Me dieron ganas de llorar, pero mentiría si dijera que mi orgullo no es enorme desde pequeña.

Su pie golpeó mi mano izquierda en el intento de querer patear la base del premio, haciéndo que suelte un leve quejido y me reincorpore de inmediato, con la última parte de mi reconocimiento a metros de mí.

—¿Con quién te has acostado? realmente les enseñan a hacer todo menos esforzarse, ¿verdad? mi hijo estuvo esforzandose toda la maldita temporada para que esta pequeña zorra se lleve el premio mayor. Increíble.— me aferre a mi misma y al Karting que estaba detrás de mi cuerpo.

No dije nada.
No me salío, no pude, mis ojos se quedaron en una completa pausa ante el intimidante adulto que estaba diciendo esas cosas de mi.

Se fue y pude respirar, ni siquiera había notado que mi respiración ya no era constante.

Cuando agarré ese ultimo pedazo de premio recalculé todo lo que había pasado.

Tenía doce, aún mi madre me compraba barbies para decorar mi pieza y posters de One Direction.

Mis lágrimas inundaron mi rostro en lo que mis pasos corrián hasta los vestuarios.
Mi mamá y Tina me estaban buscando, solo me vieron correr.

Solté el premio destrozado en el piso y no pude hacer más que abrazarme fuertemente a mi madre cuando la ví frente a mi, con su cara de preocupación.

—No me dejes sola, no me dejes sola. Les tengo miedo.— dije entre sollozos.

Mi madre me sentó en sus piernas y al contarle lo que había pasado anteriormente solo atinó a abrazarme fuertemente, sin querer soltarme yo también me aferre a ella.