RUN | F1

the final countdown - part II

29 DE NOVIEMBRE, 2019
VIERNES, 08:20 AM
ABU DHABI, UNITED ARAB EMIRATES
[30 HOURS TO QUALIFYING DAY]

Me adentré en el paddock, sintiendo como mi equipo caminaba a mi par y algunos desde más atrás, apoyando a Lance con su última carrera siendo parte de Schumacher Racing Team. Mi vista se posó en Nelson Piquet Junior, que salía con un leve trote en mi dirección, con su típica polo color negra con insignias doradas. Saludé al hombre, sintiendo como una vista se posaba unos metros más lejanos.

Su hermana, Kelly, no se había molestado ni siquiera en acercarse, más no podía alejarse del stand de Schumacher, ya que la única condición que su hermano le había dado para dejarla pasar era que lo acompañe a él.

Piquet siempre había sido una mujer muy amable, siempre me saludaba y hablabamos de este mundo que ambas entendíamos como parte familiar, sin embargo, los últimos días nos habían metido en una especie de furiosa competencia, por el parecido que todos podían notar entre nosotras. Esa manía de la prensa en comparar mujeres en un sinfin de estúpidos contextos, quién es más flaca, más jóven, más exitosa.

Kelly me había dejado de seguir en todas las redes sociales, y horas despúes un tweet llegó a mi casilla de nombrados, sorpresiva e inmediatamente despúes de que ella lo haya borrado; el tweet decía algo así como "dejen de comparar a esa niña conmigo!" de una manera un tanto despectiva hacía mi persona, además de los likes que había en ciertos tweets que hablaban mal de lo que yo era en sí.

Yo solo sonreí ante su ignorancia y pasé por su lado, diciendo un "Hola, buenos días Kelly", ganándome una muy linda mala cara de su parte y claramente ningún tipo de respuesta.

Pero como siempre me dijo mamá; "no tenes que ser como la gente de la cúal te quejas, tenes que ser mejor".

El día se basó en estrategias de equipo, mirandonos los unos a los otros con los audifonos puestos en la cabeza, hasta que la hora de subirme a la monoplaza nuevamente llegó. Mi garage estaba justo al lado derecho del de Red Bull y del lado izquierdo de Ferrari.

—¿Qué haces acá?— le pregunto al neerlandes, que solo se gira para mirarme, tratando de que las cámaras no noten su presencia en Schumacher.

—Clara... yo solo, quería pedir disculpas...— dijo, mientras yo me encargaba de buscar mi casco, dejando la puerta de mi vestuario abierta de par en par.

—¿Por qué?— pregunto, sentandome en el sofá para atarme bien los cordones de mis zapatos y preparandome para salir en unos pocos minutos.

—Creo que escuchaste lo que pasó con Lando.— dijo, haciéndo que mi mirada se pose en él, sin ningún tipo de reacción de mi parte.

—Lo que sea que haya pasado no es a mí a quien tenes que pedir disculpas. Tu compromiso nunca fue conmigo, Max Emilian. Yo nunca fuí nada tuyo, somos competencia, pero Lando se consideraba tu amigo, y ciertamente fue una puñalada por la espalda para él. Hace lo que sientas, pero no vengas a hacerme perder mi tiempo.— dije, colocandome el mono bien, abrochando el abrojo del cuello, con su mirada clavada en mi.