Damas y caballeros, sean invitados a encender sus motores. Pues tendremos a Michael Schumacher nuevamente en la Fórmula 1. Schumacher Racing se sumará este año, conformando así, uno de los ahora once equipos que competiran para el gran campeonato mu...
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29 DE JULIO 2019 HOCKENHEIM, ALEMANIA
Los minutos pasaron, Lando a mi lado estaba impaciente, pero no tanto como yo. Golpeteaba mi rodilla contra el volante mientras mis manos se apretaban al mismo. Charles había entrado hacía unos largos diez minutos y no aún no habia salido del lugar.
—¿Sería muy sospechoso si entramos nosotros? dudo que nos reconozcan desde acá.— digo, mirando a mi alrededor mientras Lando agarra mi mano, haciéndo que deje de apretar el volante por la inercia de su toque.
—Gale, si vas a entrar es mejor que te tranquilices. ¿Si? te voy a acompañar, pero calmate. Pierre está bien, estoy seguro que lo está. Podemos ver si tienen salida por otro lado para no mostrarlo y arriesgarnos a que nos tomen fotos. Pero quedate tranquila, amor.— me dice él, haciéndo que yo asienta ante sus palabras.
Dejó un piquito sobre mis labios, haciéndome sonreir levemente y abrió la puerta, haciéndo que yo imite su acción.
Ambos nos bajamos del vehículo, lo cerre y él agarro mi mano, sonriéndome de manera reconfortante. Le sonreí devuelta, apoyándome en su hombro mientras nos adentramos en el lugar.
Pierre estaba a unos metros, con sus manos agarrando su cabeza y Charles a su lado, abrazándolo con fuerza.
Ninguna imagen mental se comparaba a como rompía el corazón verlo ahí, en su propia piel. Con las lágrimas siendo derramadas desde sus ojos, que a estas alturas parecían mares.
El británico me dío un leve empujoncito y ambos nos acercamos al francés, quién al vernos llegar nos abrazo a los dos con fuerza.
—Clara, porfavor. Por favor, hazme caso. ¿Si? llámala. Llámala por mi, dile que la extraño, que la quiero, que la necesito. Charles la llamó y no contesta, yo le dejé mensajes que no ha contestado. Dile que la quiero, que la amo. Que es el puto amor de mi vida y que soy un cobarde, un cobarde de mierda.— yo inmediatamente frunzo mi ceño, agarrando el celular que mi amigo me ofrecía, mas no hago nada mas que mirar a Charles, quién me miega levemente con la cabeza.
Mis manos van hasta los hombros de Pierre y luego las subo, secando sus lagrimas con la manga de mi sudadera.
—Pierre, ¿que ha pasado? ¿por qué estás aquí solo? pudiste haber llamado...— digo, dejandole el celular nuevamente a Charles, mientras el francés me mira, con sus ojos rojos y el vaso de whisky vacío en su mano.
—Liné se casará. Me echaron de Red Bull. Me reemplazaron con Albon. Todo está saliendo horriblemente mal y estoy cansado de fingir y pretender que estoy bien cuando estoy echo trizas.— suspiré ante sus palabras ahogadas, Lando lo abrazó de nuevo mientras el lugar se iluminaba nuevamente por que la puerta había sido abierta.
