Damas y caballeros, sean invitados a encender sus motores. Pues tendremos a Michael Schumacher nuevamente en la Fórmula 1. Schumacher Racing se sumará este año, conformando así, uno de los ahora once equipos que competiran para el gran campeonato mu...
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25 DE AGOSTO, 2019 DOMINGO, 08:32 AM SAN CARLOS DE BARILOCHE, ARGENTINA
Su voz adormilada fue lo primero que escuché ese domingo por la mañana, en medio de su suplica por ir a nadar.
Lando era la única persona en el mundo, capaz de tener ganas para todo a toda hora. Y claramente, ninguno de los chicos quería ir con él, así que me tocaba a mi.
Yo me siento encima de la cama, tapada hasta el cuello en la lucha que mis ojos hacen con la luz del ambiente.
—Tengo sueño.— le digo, mientras veo como él prepara mi ropa encima de la sábana, con algo de emoción ya que había tomado por hecho que iría con el.
—¿Quieres un café? aún podemos ir a desayunar primero.— yo solo estiro mis brazos hacía el, cerrando mis ojos hasta sentir como me abraza.
Me tiro a la cama, sintiendo su peso encima mío y suelto una risita al escuchar los leves besos que él deja en mi mejilla.
—Hace frío, Lan.— le digo, intentando de convencer que nos quedemos acá.
—Pero el agua está calentita, Cla.— me dice él, juntando su nariz con la mía.
Abro mis ojos por segunda vez, conformandome con la vista que está a mi alcance. Sus lunares y sus ojos tan propios y únicos de él que estoy segura que lo reconocería en cualquier lado si fuera por ello.
—Bueno, vamos.— dije, cayendo ante la sonrisa que me puso.
Él sonrío y preparó su ropa en una mochila, yo simplemente me levanté y fui directo al baño. Al salir vi como Lan me esperaba con su mochila colgada en uno de sus hombros, la mía en la otra y su vista en el celular.
Suelto una carcajada al ver como Charles se acomodaba en nuestra cama, ocupando toda de ésta mientras dormía.
—¿En que momento...?— pregunté a mi novio, mientras agarraba mi celular y tapaba a Charles con la manta.
—En el exacto momento que escuchó la puerta del baño, vino corriendo.—
Las horas se pasaban volando junto a él, desayunamos, hablamos de los chicos, de ls supuesta relación de Carlos, de Liné y Pierre e incluso de Charles con la chica con la que ahora a penas cruzaba miradas.
—¿Que habrá pasado?— le pregunté a Lan, mientras él tomaba de su vaso de leche.
—No sé. Le pregunté y me cambió completamente de tema... lo único que si me dijo, es que cuando llegue a Mónaco lo primero que hará será terminar su relación con Giada.— hice una leve mueca, mirando como mi novio hacía una cara de despreocupado.
