nastya'

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La visión explícita que me brindan sus ojos, nada más que cruda resignación a la costumbre.
Acción derrotada, decisión trastornada, optando por franquezas que hieren, supongo un síntoma del saber.
Realización infame al contemplar la maldad renacer en su pálido rostro y articulaciones descompuestas.
Como una marejada salvaje, acompañada de vientos encolerizados que azotan la costa de la calma.
Siendo ahora mi cordura, reducida a débiles fragmentos de tregua.
Y al finalizar la noche me inundo en la lujuria que entumece mis temores, junto al silencio y su quietud.
Me ato a mí misma para saciar su morbo, y sólo en sus manos me dejo agonizar.

arrecife de ilusiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora