La vida de Jeon Jungkook parecía estar marchando con normalidad, asistía a la preparatoria, tenía un hogar, familia, amigos. Una vida cómoda.
Pero todo cambia un 23 de marzo. Aquel día hubo un gran accidente en las instalaciones norteamericanas del...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi cuerpo entero temblaba del miedo al igual que el de mis dos hermanitas. La camioneta se mecía de un lado a otro sacudiendonos con fuerza y brusquedad.
Parecía que esa cosa no sabia que estábamos ahí. O tal vez no sabía como entrar.
Pase saliva y respire profundamente, pegue el cuerpo de mis hermanitas al mío y mire de reojo a mi padre. Él seguía en la misma posición de antes, al parecer se golpeó en la cabeza y perdió el conocimiento.
Un grito de una señora se escucho a lo lejos y esa cosa no tardo en quitarse del auto. Escuche sus fuertes pisadas y como destruía a su paso varios autos. Aquella mujer grito aún más y a ella se le sumaron otras personas creando un horrible escándalo.
—Niñas no se muevan ni hagan ruido —Susurre.
Me acerqué a mi papá algo adolorido y con dificultad solte su cinturón y lo sostuve para que no se golpeara. Verifique su pulso y al ver que estaba bien lo recoste con suavidad en el suelo.
A lo lejos podía escuchar gritos, disparos, vidrios romperse y muchos ruidos más. Todo estaba hecho un desastre. Ahora que no tenemos auto me pregunto qué vamos a hacer. La señal está pésima y no podremos comunicarnos con mi hermano. ¿Cómo estará él? ¿Habrá conseguido salvar a la familia de su novia y a ella?.
Mire a los lados y suspire ligeramente aliviado al ver que no había ninguna de esas horribles cosas cerca. El escándalo seguía pero poco a poco dejaba de sonar tan fuerte.
Mis hermanitas estaban abrazadas llorando. Eso me parte el corazón, desearía que no hubieran tenido que vivir todas estas cosas horribles. Pero supongo que se harán fuertes.
Me removí lentamente y solte una Maldición al sentir como aquel pedazo de vidrio se enterraba más en mi espalda haciendo aún más profunda la herida. Mordi mi lengua con fuerza y llene mis pulmones de aire. Esto realmente duele.
—Papá —Volteé a verlo—, Joder Papá despierta
Solte una queja y como pude me acomode. No quiero que ninguna de las niñas tenga que sacarme ese pedazo de vidrio. Si ahora están traumadas no me imagino como quedarían si les pidiera hacer eso.
Por lo que podía sentir se había clavado el vidrio justo debajo de mis costillas. Podía sentir otras partes arder pero esa era la herida más grande de todas.
Lo mejor será a esperar a que mi padre despierte y podamos buscar una solución juntos. No podemos dejar las cosas aquí tiradas. Tenemos objetos muy importantes. Lo que me preocupa es que el auto podría llegar a explotar por la filtración de la gasolina, y si hace mucho sol será aún más probable que eso suceda.
—¿Están bien bebés? —Susurre ronco.
Ellas me miraron y limpiaron sus lágrimas. Se acercaron a mi y me abrazaron con fuerza.
