Capítulo IV. Cicatrices. Parte II.

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- Charlotte Yuuki -



Peace Hill.

No entiendo porque nos empeñamos tanto en ser iguales. Si la diferencia le da riqueza a nuestra perspectiva...

El dolor es parte de la vida, entonces, ¿Por qué no existía aún el consuelo?

La chica de coleta y flequillo se aferraba de aquella mujer. Quizás lo único que debería sufrir sería el no poder pagar la hipoteca de una casa y los costos de las travesuras de sus propias semillas.

Sus nobles hijos...

Sentir el peso de no tener a su familia en vida es un sufrimiento tan agonizante que no se lo desearía a nadie por más que se lo merezca.

Como me gustaría tener el rol de ser Dios por un día, pero estoy segura que ni un día al igual que en miles de días lograría acabar con el dolor de nuestra gente.

El dolor de nuestro mundo agonizante. No podría acabar con la pobreza, ni con la hambruna y mucho menos con la enfermedad...

Wolf colocó su mano en mi hombro. Notó que estaba pérdida entre mis pensamientos. Realmente agradezco que esté aquí. -Oye, niña. Ten un poco de ánimos. Conozco esa cara larga. También hubiese deseado estar en un lugar mejor, pero me limito a solo a soñar por ahora.

-Como desearía que ellos estuvieran bien. Solo expresar felicidad y no sentir dolor... -bajé mi mirar.

A pesar de todo lo que he pasado era inevitable ponerme emocional por aquella mujer cansada de la agonía que por igual forma perdió a su familia.

-Lo que no te mata te hace más fuerte. -con el grosor de su voz soltó emocionalmente esa frase como una forma de recordar que tenemos que ser fuertes. Esto después de escuchar mi pensamiento.

Hice una pequeña mueca al chico de cabello desordenado que siempre me mantiene motivada en cada batalla.

-¿Sabes quién dijo eso? -pregunté.

-No lo sé. Quizás un chico loco, pero uno tan loco que probablemente tenía razón. -él respondió.

Miré a esa pobre figura femenil por un momento. -¿Crees que ella estará bien? -pregunté nuevamente preocupada por la madre que ya había sido consumida por años de soledad.

Meditó mi cuestión por un breve momento, pero atenido a contestar lo orilló a resolver mi preocupación. -No lo creo. Pero confiemos en ella. Sé que algún día volverá a estar bien nuevamente...

"Aunque le cueste una vida entera".

Sé que no querías terminar ahí para no sonar muy pesimista con tus palabras.

Me sumergí a profundidad en la diferencia de color marcada de aquellos ojos. Uno invadido por el azul y el otro sin un color exacto más que aquel blanco dominante. Fue así que logré que sus ojos se encontrarán con los míos.

-Nuestro trabajo es que estén bien todos ellos. Bajo nuestras posibilidades por supuesto... Y el resto del mundo si es posible. -continúe.

La mirada de él se irradiaba de alegría por un momento. Camino unos pasos hacia Mei y la desconsolada figura maternal. Era sencillo pensar que cargó en su corazón mucha compasión a lo largo de tantas injusticias en el país.

Sobre todo empatía con sus allegados.

Si no hay empatía, no podrás ayudar a alguien. Si no sabes cuál es su dolor o qué es lo que estará pasando en ese momento nunca habría consuelo y no existiría un respiro de bienestar para su ser.

The Last Sun In The World II: Hell (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora