Cap. 15 Te quiero solo para mí

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—¿Si sé quién eres? Claro, el que me ha invitado a esta fiesta —responde Ellen, después se gira hacia el ventanal. Jared le sonríe, coge la copa de la mesa, le da un trago a la bebida y la vuelve a dejar, mientras sigue observando a Ellen.

Ella se ha puesto algo nerviosa, pues no se ha preparado un guion. Ya le ha dicho que estudió Derecho, que seguramente se vieron por la universidad, pero no cree que la recuerde lo suficiente como para relacionarla con Laia. Aunque esa pregunta la ha inquietado un poco. ¿Por qué Jared supone que ella ya sabe quién es? ¿Qué esconde esa pregunta? 

Intenta distraerse mirando a la gente en el local y piensa qué pregunta podría hacerle para desviar el tema. Le dice lo primero que se le ocurre:

—Gracias a tu invitación, todavía no he tenido que pagar nada, así que no sé si este es un sitio caro, ¿lo es? Por el aspecto de la gente, diría que se necesita un alto poder adquisitivo para venir aquí, ¿no? 

Jared no contesta y se pone de pie. Se acerca lentamente hacia ella. Ellen se remueve en su asiento, pero sigue mirando hacia el ventanal.

—Es un sitio bastante exclusivo —responde Jared, y cuando está detrás de ella, se inclina sobre el respaldo de su butacón, baja un poco el tono de su voz y añade—: No me has respondido.

—Sé que estudiaste Derecho y que nos conocemos de vista, de la universidad —le dice Ellen. 

—Ya. Y sabes mi nombre. No me lo has preguntado todavía...

Ellen no responde. Se está poniendo demasiado nerviosa y no quiere que se le note, además de que la proximidad de Jared también está haciendo que se ponga en guardia. 

De pronto, Jared bordea su butaca y se pone frente a ella, con los brazos extendidos y apoyados en el respaldo, con su rostro a escasos centímetros del de Ellen.

—¿Y si hablamos con franqueza y me dices realmente lo que sabes? —el tono que utiliza es más seductor que amenazante. Está claro que Jared sabe que ella le está ocultando algo, pero no cree que tenga idea de cuál es su objetivo.

—¿Lo que sé? ¿De qué? —pregunta Ellen, intentando mantener la calma. Jared sostiene la misma posición y añade:

—No creo que exista ningún amigo que te dejara tirada la primera noche, ni tampoco creo que no tengas ni idea del tipo de fiestas que organizo. Así que, Helena con hache, ¿por qué no me dices qué es lo que estás buscando realmente? 

Ellen le sostiene la mirada, pero no dice nada, así que, Jared continúa hablando:

—¿Sabes lo que pienso? Que es tu primera vez, que quieres probar, pero no te atreves, te da... vergüenza, quizás. 

—Quizás... —Ellen siente algo de alivio, pues no parece que Jared sospeche nada. Aunque esa situación la sigue poniendo incómoda. De hecho, tenerlo tan cerca, le impide relajarse. Por eso, hace el amago de levantarse, gesto que Jared interpreta de inmediato y se retira, para dejarla pasar. Da unos pasos hacia el ventanal. Jared la sigue y se pone a su espalda.

—Es normal... Pero podías haberme buscado para hablar conmigo directamente. Yo te puedo dar todos los detalles, para que tú puedas tomar la decisión que quieras. Hay mujeres a las que les excita la idea, pero luego no tanto el hacerlo. Y hay mujeres que tienen demasiados prejuicios, pero luego descubren que es lo que más les excita. 

—Si te digo la verdad, no sé mucho del tema.

—Lo sé.  Y si yo te digo la verdad, no me pareces una mujer que disfrutara siendo compartida. O quizás, es a mí a quien no me gustaría compartirte —y al decir eso, Jared roza con suavidad su hombro. Ellen se aparta instintivamente, y para disimular, se gira hacia él y le dice:

El entrenadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora