CAPÍTULO 55

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Discos de vinilo

La habitación está perfectamente amueblada, el tocador de color marrón barnizado e intacto tiene algunos artículos de higiene personal que me recuerdan al pasado; cinco cepillos de dientes retenidos en un vaso de vidrio limpio. La alfombra tiene un color muy bonito que hace juego con las cortinas de las grandes ventanas ya abiertas junto con las paredes tapizadas de un liso lino. Aquello permite que entre ventilación al lugar de cuatro paredes.

Arrastro los pies a los ventanales apreciando a las personas de las comunidades pasar de un lado a otro realizando cualquier actividad, desde mi ventana se puede ver a los salvadores retenidos del otro lado de Hilltop, todos sentados con aburrimiento sin hacer nada más que esperar lo que el destino les tiene preparado. Rick y Daryl se encuentran del otro lado charlando cerca del panteón improvisado.

Regreso a la cama bajando las mangas de la nueva sudadera color rubí que mi papá me consiguió. Desconozco si tuvo opciones porque me queda casi perfecta y el estampado de Newport 1984, beach es algo que solo a él le gusta porque probablemente le recuerda su pasado de adolescente, esos años que están prohibidos saber.

Flexiono más las piernas hasta estar hecha bolita sintiendo la suavidad de las sábanas lisas color beige. Los tres golpes bajos provenientes de la puerta me obligan a abrir los ojos de mala gana. Michonne se asoma poco a poco tratando de ser discreta pasando el simple hecho de que se ha delatado con la acción anterior, al ver su rostro mis rasgos se relajan, entonces me siento para verla mejor. Supongo que viene a comprobar si estoy bien. La mayoría lo ha hecho desde que hoy cruce las puertas de Hilltop.

Es algo frustrante tener miradas continuas en las pocas horas que llevo aquí.

Me arrastro hasta la orilla mirando los tenis que cuelgan en el aire, mi pie mantiene movimientos constantes. Después de cerrar la puerta toma lugar a mi lado con cuidado, tan cerca como para sentir su muslo junto al mío y mi hombro junto al suyo. Deja la mochila en la cama. Solo puedo pedir en mis adentros que no toque el tema del chico. Es la primera vez que estamos así de cerca desde que llegó, con Rick tampoco he cruzado palabras. Es como si los estuviera evitando, pero no es así.

No quiero hablar de él, no estoy lista y por más que suene cruel quiero enfocarme en lo que se viene, en lo que debo hacer. Me regaño por eso, porque claramente lo necesito, necesito desahogarme, necesito algo más. Retenerlo es muy doloroso y peor cuando mi mente no puede dejar de pensarlo una y otra vez.

—Gohan llegó con provisiones. Estuve repasando algunas cosas y encontré esto— saca una barra de chocolate dulce de su pantalón.

—Sigues con el hábito de conseguirme dulces rancios— comunico a la ligera. En respuesta recibo una risa baja casi obligatoria.

Extiendo la palma para recibirlo. Mis dedos se sienten sensibles a la tristeza de tantos recuerdos: el dolor de estómago de Carl en la prisión por comer estas cosas, aquel concurso en las vías del tren y la sonrisa del chico al ser el ganador. Definitivamente son recuerdos que ya no eran atendidos y ahora que lo son solo es para hacerme más daño.

Le agradezco casi en voz susurrante mirando la barra a detalle, la envoltura hace un sonido tan ruidoso a mi parecer. La envoltura dorada y rojo metálico se ha vuelto algo opaco al igual que esa marca borrosa con letras negras. Pasa su mano por mi hombro para acariciarlo con mucho cariño por encima de la sudadera.

La manecilla se desprende del marco casi tan brusco como para sacarnos un pequeño y ligero susto a las dos. Enid y Melody se dejan ver con sonrisas forzadas e incómodas de interrumpir, pero sé que si no sería algo importante no lo harían...descarto a Melody en esto. La luz que entra por las ventanas ilumina sus pieles pálidas delatando que han llorado este día, pues tienen el párpado inferior y la nariz en un color cálido. La castaña le da un codazo a la pelirroja para que hable en su lugar.

•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐏𝐄𝐋𝐄𝐀• || CARL GRIMES || [TWD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora