•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐏𝐄𝐋𝐄𝐀• || CARL GRIMES || [TWD]

CAPÍTULO 63

De una a cien

Salgo del remolque con algunas cosas que Siddiq necesita para los demás habitantes que se encuentran en la mansión. Los heridos empeoran y todo se ha convertido en un completo caos por todos lados en el transcurso del día. Necesitan más atención cuando se supone que la mayoría deberían estar mejorando, es todo lo contrario.

A los lejos veo a Daryl portando una pala en las manos totalmente distraído, camina en dirección al panteón de la comunidad. Me acerco deprisa al caer en cuenta que este día no hemos cruzado palabra. Sí, puedo verme como una niña de primaria con inseguridad de perder a sus amigos si no le hablan, pero por el momento saludarlo sería echarle un poco de iluminación a este día. Solo quiero algo como antes, digo en respuesta a mi inseguridad. Palabras que expulsan esa mala sensación por completo.

Me acomodo la mochila en los hombros, se siente obligado a detenerse cuando sus ojos claros caen en mí por coincidencia. Tiene el rostro tan serio que podría intimidarme al instante si fuera solo un habitantes que conozco de estas tres comunidades unidas. Es más que eso. Alguien lo hizo enojar, posiblemente porque ha hecho las cosas mal o se ha equivocado en algo. Hasta el más mínimo silbido le puede irritar a veces.

Al momento de querer sonreírle una mueca se me forma en el rostro por culpa de lo rayos del sol. Un día soleado se presenta el día de hoy, quiero tomarlo como una buena señal.
   
—Hey, parece que me estas evitando— bromeo en voz arrastrada.

El cansancio empieza a hacer efecto físicamente, además de las ojeras que cada día se remarcan más. Claramente puede notarlo porque se me queda viendo por más de dos segundos. Sus facciones se relajan en ese tiempo en silencio.
   
—Tienes los ojos hinchados— declara señalando con la cabeza, me toco los párpados fingiendo sorpresa. 

Fue por lo mismo. Estuve un tiempo escondida con la excusa de estar ayudando. Tampoco quiero preocuparlos porque la muerte de Carl me afectó mucho más de lo que ellos piensan. De todo este tiempo que llevo aquí, solo he visto llorar a Rick una vez y fue por accidente. Entré a la habitación sin tocar, desprendía la madera de las ventanas y fingió que no pasaba nada. Por supuesto que tampoco dije algo, ¿Qué se supone que iba a decir? ¿Estás bien? No, sabía el motivo.
    
—Ah, debe ser porque…amm…—la mente es muy lenta en estos momentos para pensar en una excusa —¿Ya comiste? Comamos algo.
    
—De hecho, tengo que ayudarle en algunas cosas a Rick— señala con la mano libre la dirección que guía a las tumbas detrás de los remolques —Será luego.

Muevo la cabeza comprendiendo la situación viendo como sigue su camino al señalamiento hasta desaparecer. Doy media vuelta para ir a la mansión acomodando la correa de la mochila sobre mi hombro.

Al entrar, lo primero que veo es a Siddiq en pasos apresurado con algunas cosas en las manos, al verme le extiendo la mochila y en un movimiento rápido la pasa sobre su hombro corriendo escaleras arribas gritando el agradecimiento. No me da tiempo para responder, solo me quedo de pie en mi lugar siendo un estorbo para las personas que entran y salen del lugar. Como dije, esto es un caos.

Al él se le facilita esquivar a Barbara que baja con sumo cuidado con la bebé en los brazos hasta llegar a mi lado con una sonrisa de ternura. Gracie es el motivo de esa reacción.
   
—¡Que bueno que te veo!— termina por acercarse —Tengo que seguir ayudándole a Chelín en algunas cosas que le faltan ¿Puedes cuidarla por un rato?
  
Abro la boca para negarme, incluso se sacuden levemente por mis muslos. A decir verdad, tenía planeado seguir cuidando de mi mamá, pero su rostro suplicante me convence que no tengo de otra que aceptar.

Me da a la pequeña dormida con mucho cuidado sin despegar esa cobija amarilla de su cuerpo.

Esto me recuerda cuando conocí a Judith, los días en la prisión cuando la cargaba pocas veces siempre al cuidado de Beth, no era muy buena y tampoco muy seguido.