•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐏𝐄𝐋𝐄𝐀• || CARL GRIMES || [TWD]

CAPÍTULO 51

El sustituto

Carl

Le echo un vistazo a ella y luego a la calle por donde me tengo que ir casi volando antes de que la cuenta regresiva de Negan termine. No hay tiempo, no tengo más tiempo.

Verla preocupada es algo que me inquieta, pero lo que me hace arder la piel es el miedo a lo que estoy haciendo. Mi cuerpo reacciona por sí solo al igual que mi boca suelta lo que en verdad siento como si fuera mi última noche, quizás porque tengo miedo a morir hoy u otra cosa más intensa. Verla directo a los ojos entre la oscuridad me arma de valor, más de lo que he creído tener.

—Ey...te amo— mi tono suave es tan bajo que dudo en que me haya escuchado con esa irritante voz ronca de Negan sonando en micrófono alto, siento hasta la temblorina en las cuerdas vocales, pero exactamente quiero que ella lo entienda porque solo a ella le pertenecen esas palabras. Rápidamente analizo su reacción, abre los ojos tan grandes con sorpresa que se queda inmóvil de momento. Retrocedo un paso descargando fuerzas en la correa del rifle que cuelga sobre mi hombro. No quiero quedarme a escuchar su respuesta ahora —¡Ve con los demás!

Le ordeno al notar que los demás ya han desaparecido de la calle, solo quedamos nosotros tres. El conteo de Negan me pone los pelos de punta, me pone tan ansioso que el sudor se genera por el rostro hasta necesitar aire fresco. Con cada segundo menos siento más ansias, más miedo por la gente de aquí, por los heridos, por mi hermana.

Al chocar miradas con Daryl señalo a la chica inmóvil para que se la lleve de una vez. Él lo entiende. Se acerca y la toma del brazo para obligarla a caminar del otro lado por donde se fueron los demás, no me dice otra palabra porque ya no le da tiempo.

Me pongo la mochila de mensajero que contienen las suficientes bombas de humo. Corro a la base principal para encontrarme con el líder de los salvadores e intentar darle tiempo a mis amigos. Tengo que correr más rápido cuando el conteo está a solo segundos de finalizar. Mis piernas encuentran un dolor al momento de doblar la esquina a la calle principal, aún así, siguen moviéndose más rápido de lo que he permitido llegar a un lugar en los últimos días.

Subo las escaleras con extensión torpemente después de dejar la mochila y el rifle en el césped. Cada escalón metálico que ocupo de soporte es una cercanía clara a un Negan molesto, más furioso que aquel día que me humilló en su hogar. Está claro el motivo. Tratamos de matarlo, nos revelamos, ya no estamos para tolerar sus amenazas.

Apoyo los pies en la base y me pongo de pie para tener mejor vista. Poco a poco las luces artificiales de los camiones y autos me ciega de momento. La iluminación del aluminio que rebota de lado contrario me hace distinguir a la mayoría, pues estos hombres son los mismos que vinieron la primera vez y se llevaron todas nuestras cosas. Por un momento me siento aliviado de no ver a más, creí que iba a traer a casi todos sus hombres para terminar con esto.

—¡Rick, será mejor que salgas ahora o esto terminará peor de lo que te imaginas!

Las manos me sudan tanto que tengo que mover los dedos con discreción. Mi descontrol es tan agresivo que siento que algo truena, pero la intriga se esfuma cuando veo a todos los salvadores de pie con armas en las manos apuntando a solo una dirección. Al verme por arriba de la base me convierten en su objetivo, se sorprenden de que alguien dé la cara a un grupo amenazante.

Todavía no les demuestro miedo a morir. No aún.

—Él no está— aviso seguro.

El líder me regresa a ver. Mantiene el micrófono en la mano para dar por bien escuchado sus amenazas a cada rincón de la comunidad, al igual que esa sonrisa que claramente significa su placer al hacernos daño, hacernos sufrir y generar pánico en estas personas. No quiero que la obtengan de mi parte, pero al mantenerme serio me doy cuenta que esa curva se remarca más. Es la misma sonrisa que tenía cuando me obligó a quitarme la venda.