CAPÍTULO 39

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Un pasado y buenas
razones

Carl

Paso mi mano por el sombrero y retenerlo en la cabeza al aumentar la velocidad. De nuevo su nombre suena a nuestras espaldas, una voz molesta y muy lejana, mi mano se acomoda en la suya para escapar de los regaños provocando que ella sea mi guía al conocer mejor esta comunidad.

Doblamos la esquina a otra calle, una donde hay más gente preparando los materiales en grupos. Aunque ya no podemos ver a Liam por ningún lado, seguimos corriendo buscando un buen escondite hasta que este problema logre pasar o el chico se canse de buscarnos.

Pasamos por el edificio con balcón. El auditorio. La guío a la puerta blanca y entramos casi tropezando con nuestros propios pies. Cierro la puerta soltando todo el aire muy cansado sin despegar las manos de la manecilla de un acero desgastado. Ambos nos agachamos para no ser vistos si es que pasa por aquí.

El cuerpo lo siento tan pesado, el corazón me palpita tan fuerte que parece querer salir de mi pecho y ser libre. Ella jadea asomando su cabeza por el cristal y de inmediato se vuelve a esconder con una sonrisa traviesa.

—Mierda— susurra apartándose el pelo húmedo del rostro con emoción en el rostro, sigo pegado en la puerta tratando de respirar normal y recuperar aire.

El pasillo de enfrente está oscuro. Solo hay una luz que ilumina proveniente del auditorio general donde está el trono del rey. Gracias a eso puedo ver las otras puertas del fondo y el límite del lugar. No pienso ir más allá, solo esperar un buen rato, y si tenemos suerte a Liam se le pasará las ganas de golpear a Jennette.

—Eso fue...probablemente lo mejor del día. El idiota lo tenía merecido— artículo las palabras casi en un susurro porque el aire no me da la suficiente fuerza para hablar claro. Estoy exhausto de escapar.

Me asomo con cuidado verificando que todo esté en orden para salir. Tara pasa con Elizabeth platicando entre ellas y apago la vista por un momento al recordar las tareas que me faltan por hacer en el día antes de que el sol se oculte. Además le prometí a mi papá que haría todo. No puedo fallarle ahora.

Abro la puerta asomándome mejor y dar un último vistazo. Cuando vuelvo a tomar su mano para volver a salir e ir a nuestros deberes cada uno, me vuelve a meter para que quedemos escondidos. Toca su pecho tratando de respirar bien y la miro preocupado cerrando la puerta. El silencio le da a entender ese sentimiento que por alguna extraña razón me invadió el pecho. Uno en automático.

Me sonríe para tranquilizarme y sus piernas se doblan hasta lograr sentarse en el suelo casi de una caída corta al no querer estar más tiempo de cuclillas.  Hago lo mismo sin importarme ensuciar los pantalones. Me aparto el sombrero de la cabeza y me acomodo el pelo deslizando la mano hacia atrás. El flequillo también lo tengo húmedo por el sudor como ella.

—Se sintió bien— opina refiriéndome a las risas, asiento riendo al recordar a Liam tirado en la colchoneta —Se sintió bien escapar contigo.

Cierra los ojos cuando su risa se vuelve silenciosa y no puedo evitar mirarla con ternura a esas palabras. Se siente bien escapar con ella de igual manera ¿Desde cuándo es buena para acelerar mi corazón?

(***)

Doy vuelta por la cama sin dejar de moverme frustrado a tantos pensamientos. Hasta estar boca abajo lo considero una posición incómoda por el momento. El cuerpo no quiere permanecer quieto al sentir el cómodo colchón. Tiene que hacerlo y aprovechar del último día aquí. Mañana volveré a dormir en la colchoneta, en el suelo de mi recamara.

•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐏𝐄𝐋𝐄𝐀• || CARL GRIMES || [TWD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora