•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐏𝐄𝐋𝐄𝐀• || CARL GRIMES || [TWD]

CAPÍTULO 64

Recalcando objetivos

Me doy cuenta que Damián sigue despierto porque regresa ver a mi dirección atento una vez que cierro la puerta con cuidado con el fin de no despertar a nadie. La franja anaranjada que se le figuraba en el rostro desaparece. La vela ya está apagada, sin embargo, nos quedamos a oscuras por completo gracias a las dos ventanas completamente abiertas.

Le enseño el arma para darle a entender que no iba a escapar por esta noche. No recibo una reacción de su parte, solo un movimiento lateral para que pueda quedar bien arropado con esa sábana tan delgada. Apuesto a que en unas horas sentirá frío.

Tengo que brincar a mis amigos y unos cuantos habitantes más con los que no he cruzado palabra todavía. Algunos ronquidos me distraen en la trayectoria hasta mi lado de la cama. Dejo el vaso en la mesita una vez que le doy un trago grande y repaso la barbilla que recibió el golpe al igual que la reacción de Rick a mi palabras.

“No se termina hasta que mueran todos”  Las recuerdo muy bien, recuerdo la reacción de nosotros negando su orden, cuando lo detuve, cuando Karina le dijo que era una locura. Antes sonaba como una, pero pasó lo de Bob y en la iglesia nos emboscaron. Por supuesto que tienen que morir los salvadores, no quiero que eso se repita.

Me meto sobre las sábanas. Melody tiene la mayor parte y para quitárselas es imposible. Ya está dormida y con las manos aferradas para que nadie se las pueda mover. Me quedo con una parte descubierta viendo difícilmente las manesillas del reloj elegante en la mesita de noche.
    
El miedo de tener otra pesadilla me mantiene despierta por dos horas, apenas puedo moverme en la cama buscando la posición más cómoda posible. Una hora después, solo me dedico a ver la pared pensando en tantas cosas. En estos momentos, mi cabeza es un tornado de recuerdos, si fuera poco, lo siento como un ruido que termina desesperándome.

Me siento en la cama acomodando la almohada casi en palmadas, vuelvo a acostarme deseando que esté fría y cómoda.
    
—¿No puedes dormir?— la voz arrastrada de Damián me origina un sobresalto.
    
Tiene el brazo encima de su rostro queriendo estar a oscuras por completo, por el contrario, yo estoy bien con la poca iluminación y agradezco que sea así. Si estar a oscuras implica recordar la escalofriante oscuridad de la celda de Negan, entonces paso.

Niego, aunque no me ve, aclaro mi garganta para que no se oiga ronca.
    
—No quiero tener una pesadilla— por el momento es el motivo.
    
No quiero soñar a Carl. No dejaré de hacerlo mientras dure todo esto.  Recordarlo y soñarlo me hace más daño de lo que creí después de todo.
    
—Tampoco yo— lo miro curiosa por la orilla de la cama. Sigue teniendo el brazo en su rostro —No puedo dormir desde que todo esto empezó.
    
—¿Todo esto?
    
—Mmm…sobre los salvadores— aclara.

Me despojo de las sábanas al sentir calor. Melody se mueve un poco pasando parte de su brazo por encima de la cabeza y la otra mano estirada hasta mi espacio personal. Resoplo.
   
—Los salvadores nos han quitado hasta el sueño— replico con una pizca de enfado.
    
A luchas puedo escuchar que ahoga una risa, aquel sonido se desvanece entre la brisa fresca que entra por la ventana que mueve las delgadas cortinas semitransparentes. Veo que asiente estando de acuerdo y dejo salir un resoplido molesto que calienta la punta de mi nariz y mueve un mechón de pelo. Ladeo la cabeza, paso la sábana sobre sus hombros de la pelirroja para cubrirla bien.
   
Un grito amedrentado proveniente de la planta baja nos hace sobresaltar primero a ambos y luego a Tara que casi cae del sillón probando así su sueño ligero que nos mencionó durante la cena. Si estábamos cansado, ese alarmante sonido nos lo ha quitado de golpe.

—¿Qué fue eso?

Damián se sienta de golpe luego de lanzar la pregunta casi sin aire. Otro grito se mezcla con el de la mujer y luego otro, en un parpadeo los gritos son fuertes y tan ruidosos para despertar a los que están en la habitación con nosotros. Melody se mueve apenas en la cama al identificar los gritos que se han acumulado, tarda en reaccionar.