Capítulo 12: Todo por un café...

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Desperté de improviso. La habitación seguía a oscuras a pesar de que vislumbraba un poco de luz por las persianas del cuarto. Gerard seguía dormido a mi lado pero una mano estaba sobre mi... Pene. Oh, Gerard Way... En esa posición dejabas que todo mi miembro se parara como un árbol. No quería que me dejara aunque estuviera más tieso que un tronco, de todas maneras en algún momento se despertaría y vería el extraño escenario.

Si me movía sabía que soltaría un gemido no importara si alguien entraba al cuarto, lo soltaría y haría despertar a Gerard. Una expectativa empezó a formarse en mi mente: Él despertando y llegando a besar mis labios, su boca exquisita jugueteando con la mía, para después pasar a quitarnos toda la ropa y calentarnos con nuestros cuerpos entibiados mientras recorríamos cada parte de nuestra piel. Vale la pena soñar.

Salí de la cama, ahogando ese repentino grito de placer, y me cambié ahí mismo. Gerard se despertó en el instante en el que me subía los pantalones y de la impresión los tiré al piso.

-Ge-¡Gerard!- Grité, él me miró somnoliento restregándose los párpados. Era obvio que tenía unos pequeños segundos para subirme los pantalones antes de que me viera las ganas pero no los aproveché.

-¡Frank!- Dijo al tomar conciencia de lo sucedido y voltearse para no verme el paquete.- ¿Qué pasó?

-No sé, Gerard.- Dije irónicamente.- Llegaste en medio de la noche a mi cuarto como cualquier otra persona "normal".

-Es mejor que me vaya.- Fue al baño a lavarse la cara. Me quedé sentado sobre la cama como un tonto, afuera había un poco de sol señal de que la nieve se derretía y la primavera por esos lugares estaba cerca. Me puse algo cómodo: Unas converse rojas, un pantalón jeans holgado y un pequeño sueter al estilo Freddy Krueger. Estaba por salir cuando alguien llamó a la puerta, abrí y era uno de los profesores.

-Buenos días, señor Iero. Veo que hoy se levantó temprano.- Dijo con un aire petulante y miró a la lista que tenía al lado, el itinerario.- Hoy tenemos una excursión a los bosques de abedules cerca del pueblo, saldremos después del desayuno así que no se retrase.

Perfecto.

Un hermoso bosque de árboles largos pero a la vez frondosos, me ocultarían para poder besar con todas mis fuerzas a Gerard. No debía ser tan difícil, el primer beso es algo que no se debe olvidar por bueno o malo que sea, es algo que te acompañará para toda la vida incluso cuando le haces el amor a otra persona y el recuerdo viene como una estrella fugaz. Muchas cosas cursis y raras pasaban por mi cabeza.

Gerard salió en ese momento con una toalla en sus hombros. El maestro lo miró levemente sorprendido para darnos una sonrisa hipócrita.

-Muy bien. Ya encontré al señor Way sano y salvo.- Dijo con cierto ironía. Gerard bajó la mirada.- Está en orden. Serán compañeros de asiento.

-¡¿QUÉ- QUÉ?!- Dije aún sin creerme lo que el viejo había dicho. Mi felicidad se desbordaba por la habitación y caía a raudales inundando el hotel completo. Mi sonrisa no podía ocultarse.- ¡¿Y JAMIA?!

-Sí, Iero. Tu amiguita iene nueva compañera asi que ahora salgan a comer o el bus los dejará.- Nos empujó afuera, el frío del ambiente no me hizo tanto daño como a Gerard que llevaba el pelo mojado. Reí un poco al verlo secándoselo rápido y gritando por el frío, era tan adorable.

Me dio una palmada en el hombro muy fuerte para después decirme: "Enano" y bajar a comer sin siquiera esperarme. Fui detrás de él pero lo perdí al ver la narizota de Jamia frente mío.

-Hola, amorcito.- Dijo abrazándome y apretujándome las entrañas. Algunas personas que se encontraban en el pasillo mostraron sus grandes sonrisas burlonas pero para qué molestarse, era como cualquier otro día en mi vida. Gente riéndose de mí y haciendo bullying, padres que peleaban hasta por el aire y una mejor amiga que intentaba arreglar todas esas cosas que estaban fuera de su alcance, para qué darme la molestia de defenderme si entre todos me mataban un poquito cada día. Yo mismo me autodestruía con el pasar del tiempo pero Gerard era lo que mantenía muchas veces a flote. Con solo verlo pasar con esa sonrisa que calcinaba corazones era para que mi día fuera el mejor de mi vida, si me hablaba o aunque sea me miraba en los descansos me hacía ver el paraíso en esos ojos hermosos, tan profundos que ni siquiera el mar se comparaba con ellos.

Jamia fue conmigo comedor. Gerard se fugó sus amigotes como siempre. La estancia tenía servido un gran buffet de desayuno con un montón de variedades de platillos para degustar, algunos que ni siquiera sabía que eran desayuno. Me serví algo que si conocía, tocino con huevos revueltos, y fui a comer a un lado esperando que nadie me interrumpiera mientras desayunaba con Jamia.

-Oye.- Me dijo.- Te vez raro sin tu piercing habitual.

-Lo sé. Al salir buscaré un lugar donde pongan.

-Con este frío te va a doler.- Sonrió y terminó su comida.- ¿Así que saldrás con Gerard?

-¡¿Eh?!- Me sorprendí. ¿De qué estaba hablando?- ...

-Frank, no seas tonto. Te vas a sentar junto al chico que te gus...- Le puse las manos en la boca de una manera tan infantil que me hizo chocar contra otra persona y hacer que se le caiga el café al suelo.-¡Frank!

-Ya, Jaymia.- Me dirigí al otro.- Hey, discul...

Gerard.

Me miró con sus grandes ojos verdes, anesteciándome antes de partirme la cara con su puño. Dolió horrible, más cuando todos se acercaron y dijeron cosas como: "Mátalo, Gerard" "Eres el puto amo" "Esa mierda no merece vivir". No, Gerard, no lo hagas, soy tu amigo... De entre la multitud salió de pronto Bert, el chico de último año y sacó a mi amor a un lado, no sé que le dijo ya que el golpe me dejó distorsionado por unos segundos hasta que él mismo le levantó y me dijo: "¿Estás bien?!

-Sí... creo que sí.- Respondí. Gerard no estaba por ninguna parte, me preocupé.- ¿Y Gee...?

-Dolido por su café.- Dijo sonriéndome, tenía una pinta de loco que no me gustaba.- Te perdonará en un día o dos. No te preocupes, chico.

-Eh... claro.

-Lo conozco bien.- Me guiñó el ojo. Los demás iban subiendo al bus.- Es mejor que te limpies si no quieres meter a tu "amiguito" en problemas.- Se fue caminando, vestía una casaca negra cerrada hasta el cuello y tenía una apariencia poderos, más que la de Mark. Me sentí mal por lo que me apoyé en la mesa.

Algo muy malo olía acá y no era precisamente yo.


Summertime (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora