Capítulo 13: Into The Woods

290 30 9
                                    

Jamia llegó con un pañuelo y limpió el poco de sangre que bajaba por uno de mis labios. Estaba medio amoratado pero era superficial por lo que dentro de un rato se repondría.

-Cielos, ¿Estás bien?- Dijo preocupada. Me sacudí la ropa y asentí.- No puedo creer que Gerard reaccionara de esa manera.

-Tranquila, no es nada.- Le dije. Unas pequeñas lágrimas trataban de rodar por mis ojos pero lo iba a impedir, nada de eso debía afectarme. Era como siempre me trataban en la escuela y nada cambiaría, ni siquiera por Gerard...- Debemos ir al bus.

-¿Estás seguro?- La miré seriamente, no volvió a hablar.

Subimos al vehículo. Los profesores estaban en primera fila por lo que tapé mi boca para que no vieran lo que Gerard me había hecho, menos mal que no se dieron cuenta. Debía ir a sentarme junto a mi agresor. Al dar los últimos pasos lo vi sentado al lado de la ventana del fondo mirando el paisaje. Dudé sobre estar junto a él. Su extraño comportamiento me turbaba la mente y temía por lo que podía hacerme después pero ¿A quién engañaba? Estaba enamorado, locamente enamorado de Way y a pesar de que fuera un completo psicópata mi amor por él no cambiaría pero tampoco podía dar la otra mejilla ¿O sí? Mis pensamientos fueron interrumpidos por el fuerte movimiento que hizo el bus al partir y casi caigo de bruces al suelo si es que no me hubiera agarrado. Todos comenzaron a reírse, tuve que sentarme al lado de él para no recibir manotazos.

Al notar mi presencia me miró de reojo pero al rato volvió a mirar la carretera cubierta de nieve. Yo había traído mi reproductor de MP3, salió una canción aleatoria de Joy Division, empecé a escuchar intentando llevar el ritmo de la batería. Sabía que me mirarían raro, siempre lo hacen, así que no le di importancia y seguí con los tambores de aire. En mitad de la canción sentí que alguien me daba un codazo, era Gerard.

-¿Qué?- Dije sacándome los audífonos y mostrándole una cara de fastidio al solo tenerle cerca.

-Lo-lo siento.- Sus mejillas se tornaron rosáceas y bajó la mirada hacia sus manos.- Fue muy tonto de mi parte.

-¿Pegarme?- Pregunté algo irónico.- No, no te preocupes tu "amiguito" me ayudó.

"Vaya, Frank, sí que estás celoso" Pensé para mí mismo.

-¿Bert?-Hizo como si no entendiera el chisto.- Oh, claro. Quizás le pareció buena idea ayudar al fracasado que golpeé para meterme más ira. Sin ofender, Frank.- Me sonrió, yo también lo hice. A veces podía ser tan cínico. Podía insultarme, abofetearme, maltratarme, ir con Lynz a donde fuera, pero de todas formas lo seguiría amando aún más que ayer.

Seguí escuchando música pero no él no paraba de hablar de un montón de cosas sin sentido que me hicieron quitarme los auriculares y guardar el reproductor. Me reí de alguna de ellas, otras, las tomé seriamente y otras, eran insensatas que me moría de ganas de soltar carcajadas. Era un momento perfecto que no quería que se acabara jamás. Cada uno con sus respectivos compañeros de viaje, por siempre, solo los dos, en medio del bosque de abedules, besándonos apasionadamente, esperando el momento en el que dejara de ser virgen entre un manto de nieve y pasto. Oh, Iero, de nuevo tu imaginación comenzó a volar.

El bus se detuvo en, según mi parecer, fueron unos pocos minutos o menos. Hablar con Gerard o simplemente tenerlo a mi lado hacía que el tiempo pasara volando.

Al salir, la luz del sol me cegó por unos momentos y al recobrar la vista pude ver el hermoso bosque que se alzaba a tan solo unos metros. Se podía ver un poco del otro lado a través de él pero era lo suficientemente tupido como para dejar pasar a unas dos o tres personas entre los troncos. La mayoría se quedaba maravillada al verlo, era simplemente hermoso. La nieve cubría por completo la campiña y los árboles simulaban grandes bastones de azúcares salpicados de marrón. Me quedé atónito, viéndolo.

La verdad que nunca había estado en un bosque en toda mi vida, menos en invierno. Papá solía llevarnos a ver a la familia en verano por lo que con lo único que me cruzaba eran grandes campos y una llanura casi desértica. Debbie era la única que se divertía viendo eso, yo en cambio, aborrecía el paisaje y leía algún cómic o escuchaba música para callar, a veces, las discusiones de mis padres durante los viajes. Ahora ellos no estaban aquí, toda era tranquilidad y paz. Podía sentirme libre de correr, trepar, ser yo mismo entre la nieve. Era una quietud que jamás había sentido antes, incluso llegaba a sospechar que cosas peores iban a venir. Algo me iba a impedir estar en paz por el resto de mis días.

Gerard bajó detrás de mí y se puso a mi lado. Primera vez que no me dejaba sólo e iba con su grupo, eso me hizo sentir bien. Los profesores nos dieron tiempo de tomar un descanso antes de ir a la caminata. Estuve un rato rodeando los árboles sin decidirme a adentrarme dentro del lugar o no.

-Hey, Iero.- Dijo una voz a mi espaldas. Volteé, era Gerard con su típica sonrisa de siempre.- ¿Qué tal el clima?

-No tienes que ser bueno conmigo solo porque me humillaste frente a todos.

-Tranquilo, chico. Eres mi amigo, por eso te trato así.- "Amigo". Exacto eso fue lo que dijo. Parece que me considera uno de sus amigos. Una sonrisa involuntaria se formó en mis labios y ladeé la cabeza para disimular. Creo que él lo tomó a mal así que se fue de ahí. Los demás chicos jugaban en la nieve echándosela encima, otros tenían esas típicas peleas de bolas de nieve y otros se escondían entre los árboles. Parecía que su lado infantil había aflorado con todo eso. Recuerdo que pocas veces había jugado en la nieve con otros chicos, siempre era con mi hermana o sólo. Me consideraban un bicho raro desde pequeño.

Sentía la mirada de Gerard que estaba cerca del bus hablando con otros chicos

Exhalé un suspiro.

Había hecho un buen progreso con Gerard Way. Ahora era un "amigo". En pocos días podía ser su "amante".

Summertime (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora