🏁Paranoicos🏁

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-...Ya verás que es solo preocupación. Aclararemos todo y saldremos a hacer nuestra ronda sin que el jefe se entere de que estuvimos encerrados aquí.

-...Conociendo como es, ya debe saberlo...-Suspiró y pasó una mano por su rostro-...Genial. Vamos a tener problemas con el jefe.

Lo que no sabían es que su jefe estaba en problemas más grandes.

-...¿Cómo que se robaron el auto de Chihiro? -Frunció el ceño, obscuramente.

-...Si Furi, al parecer no estaba bien vigilado y fue fácil de hurtar...—Le informaba el peli-gris.

-...¿Ya le dijeron a Chihiro? —Pasó una mano por su cara, realmente fastidiado.

-...No.

-...Perfecto. Vamos a por ese hijo de perra que se atrevió a tocar lo que no debía...—Se levantó de su asiento y miró de reojo al pelinegro que revisaba carpetas en su oficina—...Por cierto, llevaré a Nijimura-San.

-...¡¿AH?!

Kouki sonrió y colgó. Sabía que iba a reaccionar de esa forma. Shougo estrelló su cabeza contra el volante de su Porsche 718 Spyder gris platino y maldijo entredientes.

¿Porqué a dónde iba se tenía que encontrar con ese tipo?

Sí, internamente admitía que el tipo era muy bueno en el sexo -aunque solo lo hayan hecho una vez- pero eso no quitaba el hecho de que era fastidioso. Claro, también era una ventaja, ya que se trataba de un ex-corredor muy famoso por esos lares y tenía sentido que conociera al castaño, pero eso no quitaba el hecho de que era aún más fastidoso. Hombre, también debía reconocer que el tipo es apuesto, bastante para su edad, pero eso no quitaba el hecho de que era totalmente fastidioso.

No, era exageradamente fastidioso y eso solo lo jodía más.

¿O quizás era otra cosa de él que lo fastidiaba tanto?

Sacudió su cabeza y suspiró pesado antes de aspirar profundamente del cigarrillo que recientemente había encendido.

Joder. Que asco de vida.

-...¿Llevarme a dónde? —Preguntó Nijimura, enarcando una ceja.

-...Tengo una misión a la que acudir inmediatamente y como el asistente suplente debes acompañarme...—Tomó su maletín y se le acercó—...Así que apresúrate. Tenemos que ser rápidos o perderé millones.

Nijimura enarcó una ceja, mas le siguió.

El trayecto que pasaron en auto fue muy corto, ya que el castaño violó aproximadamente diez leyes de conducción y velocidad que probablemente pediría a Takao que luego borrara. Cuando llegaron a las bodegas en las que Shougo los esperaba, este se encontraba ya armado y apenas les dirigió la mirada.

-...Menos mal, hombre. Ya iba yo a hacer todo...—Dijo y les extendió un par de chalecos y pistolas.

-...Cuando se trata de estas cosas tu siempre te lanzas rápido, Shougo...—Sonrió Kouki y se colocó el chaleco antibalas, revisó la pistola y se peinó como todos en aquel mundo lo conocían.

-...Bueno, hasta que lleguen los otros chicos debo aprovechar que solo somos tres en el equipo...—Sonrió de lado viendo de reojo al pelinegro—...Además, esos no son más que mosquitos a los que vamos a aplastar.

-...Así es...—Kouki asintió dejó su maletín dentro de su auto—...¿Listo Nijimura-San? —El pelinegro asintió—...Vamos allá.

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Pasión sobre ruedasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora