🏁Si me dijeras...🏁

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-...Hayama-Kun...—Interrumpió y volteó a verle mientras limpiaba sus manos con una servilleta—...¿Qué te parece si charlamos mientras comemos? —Sonrió de lado—...Me muero por saber más de ti y tu jefe.

-...Oh...Pues...—Sonrió y asintió—...Sería más cómodo, ¿No?

-...Por supuesto...—Habló el albino, tomando un nuevo plato para ir por el postre—...Ah, no es necesario que...escatimes en lo que comes o en la cantidad, aquí solo estamos nosotros dos. El bartender se marchó hace unos minutos. Tenemos barra libre.

-...¿Enserio? ¡Genial! —Se relamió los labios y comenzó a tomar grandes cantidades de comida, mayormente carne.

Mayuzumi rodó los ojos y caminó con su bandeja, devuelta a la mesa. Dejó aquello ahí y fué a la barra por una botella de champagne blanco. Cuando regresó, el rubio yacía sentado, luchando contra el impulso de empezar a comer antes de que llegase a la mesa también. Tomó asiento y le miró.

-...Adelante. No tienes porqué comportarte ante mí, ya te lo había dicho antes...—Cerró sus ojos y comió una fresa de aquel pastel que había llevado consigo.

Kotaro sonrió y cortó un gran trozo de carne, llevándolo apresuradamente a su boca, masticando descuidadamente.

En cierta forma, le recordaba a su jefe cuando llegaba hambriento. Podía parecer serio y misterioso, pero en realidad era muy, muy lo contrario.

Daba miedo, sí. Pero era adorable en ciertas formas y cuando comía, lo era más.

-...Esto está delicioso...—Comentó, limpiando sus labios con una servilleta, cortando otro gran trozo de carne.

-...¿Verdad? —Asintió y tomó un muslo de pollo, dándole una gran mordida—...El chef de este local es muy bueno. Bastante reconocido.

Kotarou le miraba hablar. Sus ojos brillaban intensamente. No pensaba que un chico de familia tan tradicional, podría comer de esa forma también.

Sin usar cubiertos.

Sip, estaría gustoso de contraer nupcias con ese doncel.

-...Mayuzumi-San...—Interrumpió y le acercó aquel trozo de carne que había cortado.

Chihiro enarcó una ceja y tragó saliva. Su jefe le debería mucho por lo que tendría que soportar del rubio. Se inclinó sobre la mesa y abrió su boca lo más grande que podía, recibiendo aquello. Fué difícil de tragar, por su tamaño y grosor, pero lo logró. No estaba mal.

Tenía buen sabor.

-...Nada mal...—Le miró y se paralizó cuando el rostro del chico estaba cerca y cerca...Y más cerca...—...¡C-Champagne! —Exclamó y se alejó, tomando la botella de la cubeta con hielo en la mesa.

-...Mmmmm...—Entrecerró su mirada y tomó la botella que el contrario luchaba por abrir y la destapó, provocando que la espuma se derramara en el piso—...Mayuzumi-San.

-...¿Sí? —Se levantó y fué en busca del trapeador y así secar ese desastre. Sin embargo, fué acorralado por el oficial—...Hayama...Kun...—Tragó saliva cuando este se acercó más a sí mismo.

-...Me estás evadiendo y eso me enoja...—Gruñó, viendo fijo a esos ojos humo que no parecían tener vida—...Me enoja mucho...pero...—Se acercó más, rozando sus labios—...También me excita un montón...—Murmuró y tomó sus labios en un beso demandante.

Chihiro puso sus manos en el pecho del oficial, empujando para quitárselo de encima, mas este las deslizó hasta dejarlas tras su espalda, obligándolo a aferrarse a él. Rompió el demandante beso con un jadeo, sintiendo los labios ajenos ahora trasladándose a su cuello, marcándolo con saliva y suaves mordidas que se tornaron rojizas.

Pasión sobre ruedasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora