Pasión sobre ruedas

🏁La competencia de Seijuuro🏁

Dedicado a himitsuakira

Se estiró en su cama, mientras frotaba uno de sus ojos, levemente. Tomó el control que estaba en la mesita al lado de su cama, el cual usó para correr las persianas que cubrían su ventana, mientras él quitaba la sábana que lo cubría y se sentaba a la orilla de la cama, poniéndose sus pantuflas de león.

Estiró su cuerpo, desperezándolo. Fué al baño y se aseó correctamente, para luego bajar a la cocina, en donde le tenían preparado el desayuno.

-...Buenos días, Akashi-Sama...—Saludó al verlo bajar.

-...Buenos días, Yunni...—Dijo mientras tomaba asiento—...Huele muy delicioso.

-...Lo mejor para el mejor...—Sonrió la mujer mientras le servía un poco de café.

El peli-fresa tomó el periódico que estaba a un lado y comenzó a revisarlo, como siempre hacía. Suspiró al leer un encabezado.

Nueva banda de corredores aparece en Tokio.

Él, al igual que sus compañeros, sabía de quienes se trataban.

-...¿Pasa algo, Akashi-Sama? —Preguntó al verlo frotar su entrecejo, a la vez que se recostaba en la silla.

-...Trabajo, ya sabes...—Bufó—...Una banda nueva apareció y me tiene hasta aquí...—Señaló su frente.

-...Ah, habla de los chicos con nombre de droga...¿Cómo se llamaban? —Chasqueó sus dedos varias veces, tratando de recordar—...Mor...¿Morfina?

-...Morphine...—Corrigió con una sonrisa. La mujer se sonrojó y también rió levemente.

-...¿Tanto problema dan? —Colocó un plato con hotcakes frente al peli-fresa.

-...En mis pocos años siendo oficial, nunca había estado tan...tan...frustrado...con un caso...—Rió y tomó un poco de jarabe, y lo colocó sobre los hotcakes—...Odio a esas personas.

-...Pensé que odiaba a Asami Ryuchi...—Dijo y comenzó a lavar los platos sucios, del día anterior.

-...Ese hombre es el enemigo de mi padre, que descanse en paz...—La mujer le miró con sorpresa—...Sí, que descanse en paz en su tiempo compartido en Hawäi.

Yunni suspiró aliviada ¡Rayos, señorito! La había asustado.

Luego de que Akashi hubo terminado de desayunar. Yunni terminó sus quehaceres y avandonó la residencia. El peli-fresa subió a su habitación y buscó el mejor traje de etiqueta que tenía en su closet. Se vistió, peinó y bajó al estacionamiento, en donde sus autos esperaban.

Se detuvo frente a su confiable Porshe negro, mas luego de pensarlo un rato, decidió usar otro. Siguió caminando hasta llegar a su Nissan GTR R35 Skyline, desactivó la alarma y se subió en él.

Tenía una misión importante.

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-...Furihata-Sama...—Llamó mientras entraba en la oficina, mas se destuvo, sorprendido, al ver semejante...escena.

-...Oh...Dame un minuto, Shuuzo-Nii...—Sonrió, quitando al pelinegro de encima—...¿Son las respuestas de los grandes? —Bajó del escritorio y se acercó al albino.

-...S-Sí...—Asintió ligeramente, sonrojado, evitando mirar al oficial que mantenía su bragueta abajo, enseñando todo.

-...Bien, revisémoslas de inmediato...—Sonrió y tomó los sobre, abriéndolos rápidamente—...Ojalá que mi padre se esté revolcando en su tumba...—Sonrió, macabramente.