🏁Embriagante🏁

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Avertencia: Este capítulo contiene escena de rikura (๑・ิﻌ・ิ๑) ya sé que de todos modos van a leer, pero no está de más escribir esta mamada xd Disfruten~ (͡° ͜ʖ ͡°)

-…Shin…Chan…—Jadeó de forma necesitada, tratando de incitarlo a continuar. El oficial volteó a verle, aún con el deseo bien marcado en sus ojos.

-…No hay que ensuciar el vino, Bakao…—Gruñó roncamente, oscureciendo más sus verdes irises.

-…A la mierda el vino…—Sin esperar que el oficial argumentara, se dejó caer en la piscina/bañera, acercándosele de inmediato—…Shin-Chan, fóllame~ —Pidió en un gemido, sentándose en su regazo—…Sé que quieres hacerlo…—Se movió lentamente, rozando su entrada contra el miembro ajeno—…Hazlo~ —Murmuró a su oído—…Fóllame fuerte, Shin-Chan. No importa si no puedo caminar después…—Gimió.

-…Mierda…—Gruñó y lo sostuvo de las caderas, introduciéndose de golpe en él.

Kazunari gritó y se arqueó por el ardor producido de la intromisión. El vino que se filtraba en su culo estaba caliente y solo incrementaba el ardor, pero podía soportarlo.

Podía…

Shintarou cerró los ojos y suspiró cuando estuvo completamente dentro. Era agradable ser rodeado por el cálido interior del pelinegro. Comenzó a mover sus caderas lentamente, haciendo que el doncel se aferrara a su espalda y volviera a gritar. Sonrió ladino y tomó uno de los pezones ajenos con la boca, deleitándose con su dulce sabor, gracias al vino que los bañaba.

Era tan embriagante, que estaba seguro que podría hacerse adicto a ello.

Las embestidas eran lentas, pero constantes, siempre tratando de tocar aquel punto en el interior del doncel, que lo hacía gritar con locura. El placer era demasiado para Takao, que aún no comprendía como era que ese oficial no tuviese una o varias amantes.

Por alguna razón, el simple pensamiento no le agradaba.

-…¡Shin-Chan! —Gimió, siendo callado por los demandantes labios del peli-verde.

-…Shhhh~ No seas ruidoso…—Gruñó, sin dejar de embestirlo—…Alguien podría venir, Nanodayo~

-…¿Y eso…Mngh~ No lo hace más excitante? —Respondió coqueto, sonriendo de lado.

Midorima le sostuvo la mirada por varios segundos, antes de volver a reclamar sus labios con hambre. Takao no se negó y le devolvió el beso con el mismo ímpetu. Como el peli-verde había dejado de moverse para besarlo, él decidió moverse por su propia cuenta, gimiendo en la boca ajena al sentirlo crecer en su interior.

Al parecer no era al único que le estaba gustando.

Shintarou no lo admitiría en voz alta, pero disfrutaba el sexo que le brindaba Takao. Era diferente, muy diferente que con las chicas que frecuentaba antes. No sabía que tenía de diferente, pero le llenaba el cuerpo de adrenalina pura.

Como si al hacerlo, estuviese en peligro.

-…Ba…kao…—Gruñó cerrando un ojo. El pelinegro jadeaba, sabiendo que sucedía por el constante palpitar del pene en su culo.

-…Hazlo…—Murmuró en tono sexy, a su oído, acariciando su ancha espalda—…Lléname, Shin-Chan~ —Mordisqueó su oído. El oficial se tensó y se dejó ir con un ronco gruñido que erizó la piel del doncel, mientras este bebía hasta la última gota del semen ajeno.

-…Por…oha-asa…—Jadeó y se relamió los labios, algo empapados de vino.

-…Shin-Chan…—Pucheó y volvió a mover su cadera, haciendo sisear al oji-verde—…Aún no me vengo~ —Le haló una mejilla y mordió su labio inferior, tratando de provocarlo nuevamente.

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