Capitulo 26

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Perdon, perdon, perdóncito por la tardanza, pero este testamento sí que me ha llevado tiempo, por lo mismo discúlpenme si ven algún error :')

Con respecto a las canciones creo que hoy les queda a su gusto pero les recomiendo una playlist variada por que yo sentí de todo con cada palabra de este cap.

En fin, gracias por seguir esta historia y tenerme tanta paciencia 💓💓💓
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Eleena

Las luces de casa se mantienen apagadas y la maleta abierta con la mayoría de las cosas tiradas por mi habitación. Cuando llegue a mi departamento me cambie de ropa y fui directo a B-M, Andrew me esperaba para lidiar con un poco de papeleo y pronto un entrenamiento.

< Mi primer entrenamiento formal después de seis años. >

Para la sorpresa de Andrew no había casi nada que corregir. El solo que presentaría en la competencia ya lo tenía en mente por lo que una vez se lo mostré le encantó.

A diferencia de la primera vez que repetí la coreografía en el ático esta vez me sentí orgullosa, muy orgullosa de mi.

Lo estaba haciendo, estaba siendo feliz, iba a volver a participar en una competencia.

Por dios, no paraba de sonreír, estaba tan emocionada de solo pensarlo.

Cuando comenzó a caer el sol volví a casa pero mantuve las luces apagadas.

La maleta la deshice por fin y me dormí rápidamente con una sonrisa.

Cuando desperté me fijé en mi celular, no había ningún mensaje por parte de mis padres.

< Que bueno >

Revisé el chat que me interesaba y camine en silencio con las luces apagadas en dirección a la estancia.

El celular no tardo en sonar cuando la bonita silueta de mi temeraria apareció sentándose en la cornisa.

Un suspiro salió involuntariamente de mi boca.

< Te perdimos Eleena >

Hace rato.

Ok, tal vez sea raro hablar con mi conciencia.

Cuando la carcajada salió de mi boca me moví rápido a la oscuridad de la estancia y atendí la llamada.

— Hola, fisgona.

— ¿Como está mi temeraria? — dije moviéndome por la oscuridad de la casa en dirección a la puerta.

— Si...bueno...sobre eso...espera un segundo dijiste "mi..."— una risa nerviosa se oyó a través de la línea — vale, ya lo supere — ahora un suspiro — bueno sobre como estoy, podría decir que bien...

— Pero no es verdad, ¿cierto?

— Cierto.

Mis pasos iban un poco rápidos, baje en el ascensor lo más rápido que pude.

— Uy, ¿que ha pasado?

— Fallos de cobertura creo, pero no importa sigue.

— Ok estos días que no has estado han sido malos y digo malos por no decir algo peor, por que realmente... No sé ni qué siento en este momento, la soledad en mi departamento está peor que nunca.

Camino rápido cruzando el vestíbulo con la cabeza metida en mi bolso "buscando las llaves" mientras paso al lado del recepcionista de grandes anteojos y edad realmente avanzada.

~ Dos con cinco ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora