Kat una jovencita de dieciséis años ve su vida cambiar por completo después de asesinar a su abusador.
La vida le pone muchos retos que debe afrontar y superar hasta que llegue a conocer su verdadero ser.
Desperté sin recordar nada, abrí los ojos con un dolor de cabeza demasiado intenso, sentía un calor extraño, no sabía dónde estaba.
La habitación era pequeña y parecía ser de algún hotel, no podía enfocarme en lo que me rodeaba, me sentía confundida y mareada.
Tenía la ropa puesta tal como la noche anterior y no sentía que alguien hubiera abusado de mí, de pronto recordé lo último y entré en pánico sobre todo porque no tenía mi bolsa cerca, intente abrir la puerta de inmediato y salir pero tenía llave.
Traté de mirar por la ventana pero tenía una especie de vidrio negro y no podía ver hacia afuera, no sabía si era de día o de noche.
Comencé a intentar forzar la puerta pero no cedía, traté de calmarme yo sabía que podía pelear con quien fuera además eso no podía durar demasiado ya que Ian no lo iba a permitir, mi prometido era el más rico y el más poderoso del mundo claro que no iba a permitir que me sucediera nada.
Escuché la puerta y me puse alerta de inmediato, se abrió y vi entrar a una mujer con pinta militar.
— Yekaterina Baranova ven conmigo — me pidió
— Voy a salir pero no iré contigo — le advertí
— Tranquila esto es un lugar seguro, no vamos a lastimarte...
— Claro que no lo haras porque antes te mató — la empujé e intenté alejarme pero dos hombres altos se pararon en la entrada
— Suerte con detenerme — intenté empujarlo, me detuvo luche con todas mis fuerzas derrive fácilmente a uno, la mujer se metió y comenzó a pelear conmigo, cuando la tuve en el suelo los dos hombres me agarraron de los brazos y me impidieron seguir
— Calmate somos de la CIA, tranquila solo queremos hacerte unas preguntas
— ¡Vete al diablo! me secuestraron yo soy ciudadana Rusa, así que será mejor que me dejen ir ¡ahora!

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Un hombre no muy mayor, alto, atractivo con un traje perfecto entro con una actitud seria
— Mis disculpas señorita Baranova, venga conmigo para que le explique como es que llego aquí — pidió amablemente
— Despues me iré — advertí
— Por supuesto que sí
Me llevo afuera, caminamos por un corredor, hasta llegar a una habitación en el fondo, abrió la puerta y me dejó pasar primero
Era una especie de oficina no muy grande, me invitó a sentarme y procedió a sentarme frente a mí del otro lado del escritorio.
— Voy a empezar a explicar lo que sucedió ayer, estamos siguiendo a una red de tratantes y notamos que estaban por llevarte, decidimos intervenir por quien eres, usaron una droga muy potente contigo y con tu amiga...
